Todos con las pilas puestas

Los principales miembros del Consell desplegaron ayer una intensa actividad previa a la cena que hoy mantendrán en Dénia el presidente de la Generalitat, José Luis Olivas; el ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana; y el delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Francisco Camps, con más de 2.500 militantes del PP.

Los miembros del Gobierno valenciano demostraron ayer capacidad para cubrir tres frentes a la vez: arropar a su próximo candidato a la presidencia de la Generalitat Francisco Camps -que se multiplica para acudir a toda clase de fiestas locales, mantener reuniones de partido y entrevistarse con diferentes colectivos-, intentar tomar la iniciativa en aquellas políticas donde arrecian las críticas de los socialistas -contagio de legionela, violencia doméstica, inseguridad ciudadana- y presentar logros de gestión -disminución de los incendios forestales-.

Así, el consejero de Bienestar Social, Rafael Blasco, arropó a Camps en una reunión en Alicante con varias asociaciones de mujeres para preparar el programa electoral del PP en las próximas auotonómicas. Igual que hizo el vicepresidente del Consell, José Joaquín Ripoll, que defendió a Camps de las críticas socialistas como responsable de la seguridad ciudadana. Ripoll acudió ayer a la localidad de Gilet con el consejero de Medio Ambiente, Fernando Modrego, para hablar de la política de prevención de incendios forestales.

En la defensa de la gestión colaboró ayer de manera decidida el Grupo Popular en las Cortes Valencianas, cuyo responsable de Economía, Ricardo Costa, salió al paso de las críticas socialistas en estas políticas. Los reproches a la oposición correspondieron ayer sobre el propio presidente del Consell, José Luis Olivas, que tachó de 'absolutamente reprobable' la actitud de los ediles socialistas de Elche durante la pasada huelga general del 20-J. Convocatoria que retuvo al consejero de Industria, Fernando Castelló, durante varias horas en la delegación de la Generalitat en Elche.

En conjunto un derroche de esfuerzo por parte del Gobierno valenciano y de los principales dirigentes del PP destinado a compensar las carencias que conlleva la dispersión de poder en una tricefalia, con la presidencia regional del partido, la de la Generalitat y la candidatura autonómica recayendo en tres personas diferentes.