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Entrevista:REYES MARTÍ | Pirotécnica

'Me gusta ir al revés de todo el mundo'

Hasta el 2001, las mujeres habían trabajado en las pirotecnias, pero siempre dentro de las fábricas. Jamás ninguna de ellas se atrevió a salir a la calle y dirigir unos fuegos hasta que llegó Reyes Martí, la dueña de la Pirotecnia Martí de Onda y la primera mujer de la Comunidad Valenciana que prendió la mecha en una mascletà.

Pregunta. ¿Por qué decidió ponerse en primera línea?

Respuesta. Me gusta ir al revés de todo el mundo. En mi familia las mujeres siempre han estado en la sombra. Yo, mientras crié a mis hijos no dije nada, pero ahora ya son mayores así que, el 13 de marzo de 2001, poco antes de comenzar la mascletà en la plaza del Ayuntamiento de Valencia me dije: ¿No soy la dueña? Pues todos a callar. Y mi padre me dijo: 'Haz lo que quieras'.

P. ¿Y se salió con la suya?

R. Sí. Me hacía muchísima ilusión. Hasta entonces me quedaba entre el público con las ganas de saber qué se sentía al estar en primera línea.

P. ¿Y qué se siente?

R. Mucha responsabilidad. Es un momento cumbre porque al encender la mecha empieza a arder todo el trabajo que llevas preparando desde hace muchos meses. Además, hacer una mascletà en Fallas es el honor más grande que puede tener un pirotécnico. En ese momento, te conviertes en el centro. Toda la plaza es tuya. Y al terminar, oír los aplausos del público es lo mejor que te puede pasar en la vida.

P. ¿Pasa muchos nervios?

R. Cuando estás esperando para disparar te pones muy nerviosa. Yo suelo tener un trozo de mecha entre las manos y la acabo dejando como un plumero. Lo único que quieres es que salga todo bien. Empiezas a disparar, a controlar hasta que todo termina. Entonces respiras hondo y esperas la reacción del público.

P. ¿Es consciente de ser la primera mujer que dispara?

R. Por supuesto y me siento muy orgullosa de ello. Ahora ya empiezan otras a salir del armario, como digo yo. Hasta ahora las mujeres estaban en las fábricas, preparando los cohetes y petardos. Desde que yo salí ya se empiezan a ver más mujeres. Está demostrado que podemos hacerlo igual o mejor que los hombres.

P. Y su marido, ¿no se ha puesto en contra?

R. Al principio no le hacía mucha gracia, ahora trabajamos en equipo y nos va muy bien. También hemos formado la primera pandilla de mujeres que vamos a montar y nos lo pasamos muy bien. Y eso que es un trabajo muy pesado porque puedes pasarte doce horas al sol y cargar con material que puede llegar a pesar 50 kilos. Pero nos llevamos la comida, bebida y nos divertimos.

P. ¿De dónde le viene la afición a la traca?

R. Creo que desde que nací. Mi tatarabuelo fue el primero de la familia que creó la pirotecnia, así que puede decirse que lo he mamado. Desde muy pequeña siempre iba delante y detrás de mi padre cuando éste tenía que hacer alguna mascletà o algún castillo.

P. ¿O sea que siempre ha tenido claro lo que quería ser?

R. Sí. A los cuatro años ya quería hacer cohetes. A los 18 años le dije a mi padre que no quería seguir estudiando, que lo mío eran los petardos. Empecé a trabajar y me casé muy jovencita. Tuve que luchar contra los mayores. Al morir mi padre, mi tío se hizo cargo de la empresa y siempre me mandaba a casa. Como dueña, ya puedo hacer lo que quiero.

P. ¿Ha tenido accidentes?

R. Este trabajo si se hace bien, es más seguro de lo que parece. Nunca me he quemado; sí que tengo alguna moradura producida por el golpe de algún cartón, pero poca cosa. La reglamentación es más rígida, pero también es cierto que cada vez es más segura.

P. ¿Se ha evolucionado mucho?

R. La verdad es que sí. Desde que soy titular de la pirotecnia, hace seis años, los materiales han cambiado mucho. Mi padre podía cargar un castillo entero en la Lambreta porque estaba formado por volaorets y canyetes. Ahora necesitas un camión para transportarlo todo.

P. ¿El público es más severo con usted por ser mujer?

R. No. Lo que ocurre es que en muchos pueblos les hace gracia ver a una mujer porque no están acostumbrados. Pero nunca se han metido conmigo ni he sufrido discriminación.

P. ¿Ni cuando ha viajado fuera de la Comunidad?

R. Tampoco. He estado por casi toda España y también he hecho castillos de fuegos artificiales en Cancun, Mexico... Y nadie se ha sorprendido. Lo que sí que se nota cuando viajas fuera de la Comunidad es que la gente no es tan exigente, porque no entiende tanto del tema. Aquí el público sabe más de lo que parece.

P. ¿Ya ha conseguido todo lo que pretendía?

R. Todavía me queda una cosa por hacer. Aunque sea de Castellón me gustaría mucho poder participar en el festival de castillos artificiales de Valencia. Ahora mismo, es una de mis mayores ilusiones y por supuesto, que las mujeres continúen en primera línea de fuego. Es una gran experiencia que no tiene porqué estar vetada para nosotras.

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