_
_
_
_

La derrota del Valencia en Riazor pone nerviosa a su directiva

Nadie con rango en el Valencia quería ponerse ayer al teléfono. Tres goles en contra siempre duelen. Pero mucho más cuando se trata de un equipo que no está acostumbrado a recibirlos. Y el Valencia, el menos goleado de las dos temporadas pasadas, sufrió el domingo tres tantos del Deportivo, en Riazor, en la ida de la Supercopa -la vuelta, el domingo, en Mestalla (22.00)-. El club valenciano no recibía esa cifra desde hacía 14 meses, cuando el Barcelona le apeó de la siguiente Liga de Campeones con aquella chilena espectacular de Rivaldo (3-2).

La humillante derrota ante el Deportivo llega en un momento delicado para el presidente del Valencia, Jaime Ortí. El entrenador, Rafa Benítez, y la hinchada le piden refuerzos, pero Ortí, agobiado por la situación económica, se ha negado hasta el momento. A ello se une la junta general de accionistas del sábado, en la que el ex presidente Paco Roig cargará con material pesado contra el consejo de administración y, sobre todo, contra el responsable del área económica, Manuel Llorente.

Los millones por Mendieta

A través de sus abogados, Roig, el máximo accionista de la sociedad, acusará a los dirigentes de haber aceptado pagarés falsos del Lazio por el traspaso de Mendieta el verano pasado. Según sus letrados, el club todavía no ha cobrado nada de los 48 millones de euros estipulados por el jugador, que ahora está cedido al Barcelona.

'Eso es falso. Hemos cobrado ya 30 millones', replicó ayer un directivo valencianista, Vicente Andreu. En cualquier caso, el club reconoce una deuda de 120 millones. Y el nerviosismo se ha adueñado de sus directivos. Nadie quería ayer hablar y si lo hizo Andreu fue a regañadientes: 'Hable usted con el jefe de prensa'.

La cuestión es que, a los tres meses de ganar la Liga, Mestalla reclama novedades en el cuadro de Benítez y no las ha habido. La grada pide sobre todo la adquisición de un delantero que marque las diferencias, habida cuenta de que ninguno de los que hay cuenta con la plena aprobación del técnico.

Es cierto que también faltaba un goleador el curso pasado y el Valencia fue campeón. Pero entonces su defensa funcionó con tal precisión que nunca concedió tres goles en un partido. No como en Riazor, donde fue muy vulnerable. El Valencia, además, vuelve a la competición más exigente, la Liga de Campeones, y en ella las carencias serán más visibles.

Riazor también dejó otras lecturas: la escasa química entre Marchena y De los Santos para jugar juntos en el centro del campo y la importancia de Baraja, que, incluso a medio gas, fue el mejor de su equipo.

El Valencia se queja de la hostilidad con que fue tratado en A Coruña. El más perjudicado fue Cañizares, que tenía ayer la mandíbula inflamada tras haber recibido el impacto de un pila lanzada desde la grada. El club también se lamenta de que, tras el golpe, nadie del Deportivo le acompañara a abandonar el terreno.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_