No me canten
No quiero que me canten, señores, por favor, no me canten más; ya sé que está de moda y que sale muy baratito, pero personalmente estoy hasta la 'corcusilla' de oír a profesionales (en el mejor de los casos) y burdos aficionados con ínfulas de 'voces negras' todo el santo día en la tele con sus gorgoritos.
El menú veraniego de este año nos ofrece de primer plato a José Luis Moreno con sus rancias noches de fiesta, que pareciera que todos los sábados fueran Nochevieja, ¡qué agobio! De segundo y principal, Operación Triunfo, galas y secuelas que, por cierto, ¿se han fijado que alto cantan todos? Añadimos para picar una ensaladita de Popstars, en las que las concursantes o casi, porque el mal rollo y los chivatazos entre ellas son el pan de cada día, no tienen oído más que para sí mismas y, claro, así ni hay manera de empastar voces. De postre algo ligerito, un ratito con Ivone Reyes y ese bel canto a pie de calle, tan barato, tan barato que deprime.
En fin... Yo en mi tele ya he desplegado una pancarta en la que se puede leer: 'Zona contaminada por ruidos'.
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