Gil mantiene el control de Marbella cien días después de dejar la alcaldía por inhabilitación

'Inhabilitado o no, seguiré siendo alcalde', aseguró Jesús Gil poco antes de presentar su dimisión como primer edil de Marbella, a la que se vio obligado por una sentencia del Tribunal Supremo que le condenó a 28 años de inhabilitación por cuatro delitos de prevaricación en el caso de las camisetas. Se cumplen 100 días de su renuncia, que se hizo oficial el 27 de abril, y la sombra de Gil y Gil sigue planeando sobre Marbella. Tanto, que el ex alcalde sigue manejando los hilos del urbanismo y la política municipal y mantiene frecuentes reuniones con constructores, según fuentes de su propio grupo.

No es sólo que Gil visite cada vez más a menudo -cosa natural y más en verano- el municipio en el que tiene casa e intereses inmobiliarios, o que se reúna con sus antiguos coordinadores y concejales, incluido el nuevo alcalde, Julián Muñoz. Al fin y al cabo todos pertenecen al partido del que sigue siendo presidente. Durante sus estancias mantiene decisivos encuentros con urbanizadores y técnicos municipales, y en especial con el responsable de la Gerencia Municipal de Urbanismo de la ciudad, Juan Antonio Roca, que sigue siendo su mano derecha.

Eso sí, sus apariciones públicas han cesado de golpe, lo mismo que sus declaraciones estridentes en ruedas de prensa, sus inauguraciones y sus visitas a la puerta de los juzgados, donde hasta hace poco acudía regularmente. De su presencia en la ciudad sólo queda constancia en el diario municipal La Tribuna, que se hace eco de cada visita que el ex alcalde de Marbella hace al término municipal, bien sea para el funeral de su madre (el pasado lunes), para reuniones con afiliados o para la procesión de la Virgen del Carmen.

Lo cierto es que Jesús Gil sigue teniendo un peso importante en el ayuntamiento, como demuestra el hecho de que se encargue personalmente de la negociación del proyecto de construcción de 3.000 viviendas sociales para jóvenes, aunque Muñoz asegura que 'la última palabra' la tendrá él.

Como si nada hubiese pasado y siguiera al frente de la alcaldía, Gil se reunió el pasado 31 de junio en su despacho particular con los propietarios de los terrenos rústicos afectados, a los que propuso la creación de una junta de compensación e incluso ofreció una vivienda por cada 250 metros cuadrados de suelo.

Curiosamente, a esta reunión no acudió el nuevo regidor, aunque sí Roca, lo que según la oposición, formada por PSOE, PP y PA, 'evidencia que Gil no se fía de su sucesor'. Mientras tanto, Muñoz se esmera en desmentir los comentarios sobre la existencia de discrepancias entre ambos, que apuntan a que quien manda en el ayuntamiento sigue siendo Gil y Gil, que se mantiene al tanto de todo lo que ocurre en el consistorio a través de otros concejales con los despacha asiduamente por teléfono.

'Jesús Gil dejó de ser alcalde y ejercer como alcalde el mismo día que renunció', insiste Muñoz, que afirma que desde que se hizo cargo de la alcaldía, el pasado 2 de mayo, el presidente Atlético de Madrid 'en ningún momento ha intentado gobernar Marbella ni gobernarme a mí, por dos razones: porque no es alcalde y porque yo difícilmente me dejo gobernar'. 'Otra cosa es', concede, 'que yo siga siendo fiel al espíritu del 91 -fecha en la que Jesús Gil llegó a la alcaldía-, y al Grupo Independiente Liberal'.

Julián Muñoz hizo balance de sus tres meses como regidor, en los que asegura haber cumplido su promesa de consenso, transparencia y diálogo. Ha retomado las relaciones con el resto de instituciones (Mancomunidad, Diputación, Junta de Andalucía y Gobierno central), rotas durante el mandato de Gil y Gil. Si bien es cierto que la tensión política ha bajado, la gestión urbanística, que ha provocado cientos de denuncias en los juzgados, no ha cambiado. 'Se trata de una operación de maquillaje. No ha cambiado nada en absoluto', sentencia la portavoz socialista, Isabel García Marcos.

Infracciones urbanísticas

De hecho, Marbella sigue estando a la cabeza de las infracciones urbanísticas que se producen en Málaga. El 70% de las irregularidades de la provincia se concentra en este municipio, que acapara seis de cada diez infracciones. La Junta ha detectado 32 incumplimientos del PGOU vigente en los primeros meses de gobierno de Julián Muñoz. Además, en sus cuatro últimos meses de mandato, entre enero y abril, Jesús Gil concedió licencias para la construcción de 2.000 viviendas, tres centros comerciales, un complejo geriátrico y un hotel. Por lo pronto, la delegación de Obras Públicas del Gobierno andaluz ha ordenado a la policía urbanística que indague si las licencias otorgadas por el anterior mandatario marbellí se ajustan al Plan General de Ordenación Urbana de 1986, para en caso contrario proceder a su impugnación.

En cualquier caso, Jesús Gil no está dispuesto a que su grupo desaparezca de Marbella, y prepara ya su maquinaria electoral para los comicios municipales del próximo año. De momento ha trasladado la sede del Grupo Independiente Liberal (GIL) al Club Financiero Inmobiliario, donde tiene su casa y despacho y donde se reúne cada 15 días con sus concejales y equipo. Al mismo tiempo busca locales para abrir sedes en cada uno de los barrios del municipio.

La batalla electoral en Marbella será muy disputada, porque no son pocos los partidos que se disputarán el sillón del alcalde. A los tradicionales PSOE, PP, PA e IU se han sumado en los últimos meses el Partido Socialista de la Justicia, encabezado por el polémico abogado Emilio Rodríguez Menéndez, y el Partido Reformista Independiente de Marbella, creado recientemente por el ex presidente de la ciudad autónoma de Ceuta, Antonio Sampietro, antiguo concejal del GIL. 'Cuantos más se presenten, mejor para nosotros', comenta Julián Muñoz, que encabezará la lista del GIL.