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Proceso contra Jesús Gil y su hijo por apropiación indebida y falsedad

El juez de la Audiencia Nacional, Juan del Olmo, acordó ayer, a instancias del fiscal, abrir un procedimiento abreviado contra el presidente del Atlético de Madrid, Jesús Gil; su hijo y director general del club, Miguel Ángel Gil, y el vicepresidente, Enrique Cerezo, por existir indicios de apropiación indebida y falsedad documental, entre otros delitos cometidos con ocasión de la gestión de la sociedad deportiva. Asimismo, a solicitud del fiscal, el juez ha archivado el caso para los otros ocho imputados, entre ellos, la esposa de Gil, el hijo de ambos Jesús Gil Marín, el ex asesor jurídico José Luis Sierra y el ex teniente de alcalde de Marbella (Málaga) Pedro Román.

Fuentes de la Fiscalía informaron a este periódico que la propuesta de iniciar el procedimiento abreviado por los indicios delictivos consolidados se hace 'para que no siga pendiente toda la causa hasta que se averigüe el destino de los 11.000 millones de pesetas remitidos a cuentas de Holanda, que tardará aún varios meses en conocerse'. La opción, aceptada por el juez, ha sido la de dejar estos 11.000 millones aparte en lo que jurídicamente se llama una pieza separada, y agilizar el procedimiento por los indicios firmes.

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Paso previo al juicio

El juez concede un mes de plazo a la Fiscalía Anticorrupción y al resto de las acusaciones para que pidan la apertura del juicio oral o soliciten el sobreseimiento de la causa. Obviamente, es más probable la primera petición, que originará la apertura del juicio oral y la ulterior celebración del juicio. La resolución relata que en 1992, cuando el Atlético se transformó en sociedad anónima, el presidente debía dinero a la entidad, tras idear él y Enrique Cerezo una estratagema para apropiarse del patrimonio del club mediante el reconocimiento en 1989 de una deuda inexistente de 971 millones y en 1990 de otra por 1.015 millones, entre otras partidas.

El juez aprecia que cuando en junio de 1992 la entidad se transformó en sociedad anónima, Gil y Cerezo se hicieron con el 94,5% del capital social del club (1.950 millones de pesetas) 'sin desembolsar cantidad alguna' y que el presidente se apoderó también de los 112 millones de pesetas que representaban el 5% del capital social del club que habían adquirido los socios rojiblancos. La cantidad de dinero indiciariamente adeudada por Jesús Gil al Atlético, a veces desviado a su sociedad Promociones Futbolísticas, fue, entre junio de 1992 y diciembre de 1997 no inferior a 2.700 millones. La resolución recoge que el imputado Miguel Ángel Gil decidió saldar dicha deuda mediante su compensación con un activo ficticio, formado por los derechos sobre cuatro futbolistas (Lawall, Maxi, Djana y Lima), evaluados en 2.740 millones, cuando 'su valor de mercado era inexistente'.

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