ÁNGEL CORELLA Y EL ÉXODO DE BAILARINES ESPAÑOLES
El bailarín busca fondos para la creación de una escuela residencia y un grupo estable de ballet clásico en España. Peralada acoge hoy su gala con estrellas del American Ballet.
En España hay mucho talento para el baile clásico. Se han formado bailarines sin que haya un sitio donde se puedan desarrollar profesionalmente y hay muchos que se han tenido que ir al extranjero, como yo mismo'. Ángel Corella (Colmenar Viejo, Madrid, 1975), bailarín principal del American Ballet, se ha propuesto poner algo de su parte para remediar esta situación y está promoviendo, a través de una fundación que lleva su nombre, la creación de una escuela residencia para un centenar de chicos y chicas de entre 12 y 18 años y de una compañía estable de ballet clásico compuesta por unos 60 profesionales. El objetivo es evitar el éxodo que han marcado las carreras de bailarines como Tamara Rojo, Lucía Lacarra, José Carlos Martínez y María Giménez, entre muchos otros. Se cuentan hasta 150 en puestos relevantes en compañías de todo el mundo.
'Marché a EE UU en un momento en que tenía que decidir entre probar fortuna fuera o dejar de bailar'
El bailarín anunció ayer el ambicioso proyecto en Barcelona, donde recaló antes de dirigirse a Peralada (Girona), en cuyo festival presentará esta noche su montaje Ángel Corella & Estrellas del American Ballet. Recién llegado de Nueva York y acompañado por su madre, María López Eirín, vicepresidenta de la fundación, Corella reconoció que el proyecto 'es muy costoso', pero confió en poder llevarlo adelante: 'Será algo muy especial y a la gente le gusta participar en cosas así. Yo tuve que marcharme a Estados Unidos en un momento en que tenía que decidir entre probar fortuna fuera o dejar de bailar. Se trata de que otros bailarines con talento no tengan que pasar por eso'. Y se preguntó: '¿Por qué España no puede tener una de las mejores compañías del mundo?'.
López Eirín, encargada de gestionar el proyecto, explicó que aún están buscando fuentes de financiación y que todavía no hay una ubicación definitiva para la escuela. 'Estamos barajando varias posibilidades en diversos puntos de España, pero nos gustaría que estuviera en Cataluña. Queremos que sea un lugar emblemático y que esté situado en un entorno no urbano', afirmó. De hecho, la empresa de representación de Corella tiene su sede en Barcelona y Víctor Ullate, en cuya compañía se formó el bailarín, tiene en marcha una escuela de bailarines en Alcobendas (Madrid).
En cuanto a las fuentes de financiación, López Eirín añadió que la fundación se ha dirigido al Ministerio de Cultura, la Generalitat de Cataluña y la Diputación de Barcelona. Además, aseguró, sin precisar, que podrían recabar fondos en el extranjero: 'Se trata de un proyecto internacional y hay que tener en cuenta que en los países anglosajones la danza es algo prioritario. Ángel está muy consolidado como figura y ya hay gente dispuesta a participar económicamente'.
Corella y López Eirín quisieron, eso sí, aferrarse a los plazos a la hora de anunciar el proyecto. En dos años quieren tener la escuela en funcionamiento y, en cinco, la compañía, de la que Corella sería el director. El bailarín compaginaría esa labor con su dedicación profesional a la danza. 'Pienso bailar hasta que el cuerpo me aguante', aseguró. 'En el futuro espero ser el director de la compañía y dar clases en la escuela para poder compartir todo lo que he aprendido en estos años, pero por el momento mi carrera está también muy ocupada'.
Corella empezó a fabular con el proyecto de la escuela tras realizar unas clases en la academia de la Royal Ballet, en cuya compañía es también bailarín invitado. Ahora ya especula con la formación que daría en su escuela a los alumnos: 'Hay que aprovechar lo mejor de cada escuela para que el bailarín pueda despojarse de la técnica y acabe teniendo su propia personalidad para mostrar su alma. La escuela cubana tiene muy buena técnica. La rusa, la mejor forma de mover los brazos y la parte superior del torso. La de Balanchine, una colocación de piernas maravillosa. Se trata de mezclarlo todo'.
Un espectáculo de pasos a dos
Angel Corella & Estrellas del American Ballet, que se presenta esta noche en el auditorio al aire libre de los jardines del castillo de Peralada, se compone de 13 coreografías, la mayoría pasos a dos. Como los de Romeo y Julieta y El corsario, que bailará Corella con la solista del American Ballet Xiomara Reyes, que sustituye a la solista del Royal Ballet Alina Cojocaru por una lesión. El bailarín, que ayer lamentó que en España no ha bailado nunca un ballet completo, saldrá también solo al escenario con la coreografía de William Forsythe In the middle, una pieza musicada por Thom Willens y Leslie Stuck. El espectáculo, que se ha representado recientemente en Vigo, cuenta también con la participación de los bailarines solistas Maria Ricetto y Benjamin Millepied (Raymonda y La Silphide), Sheri Williams (Growth y Offering to JFT), Michelle Wiles y David Hallberg (Grand pas classique y Manon), Stella Abrera y Carlos Molina (Jabulah y Llamas de París), y Carmen Corella y Marcelo Gomes (Chaikovski Pas de Deux y Who cares?, ambas coreografías de George Balanchine).
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