Seguridad vial
Con la natural alarma e indignación, veo que el Gobierno reconoce que el semestre pasado se ha puesto la mitad de multas por conducción temeraria, por haber dedicado a los agentes de tráfico a las tareas de la presidencia europea. Estoy alarmado porque esto confirma mi experiencia personal, y distintas estadísticas, sobre el reciente gran aumento de la conducción temeraria ('saltarse' semáforos, velocidad alocada, etcétera), que nos puede mutilar o matar a cualquiera en cualquier momento. Y estoy indignado porque nunca se puede descuidar así la seguridad ciudadana, por tanto tiempo y por razones tan falsas como han probado ser muchas de las previsiones de un Gobierno, más interesado en impresionar con excesivos despliegues de fuerza y en reprimir, por ejemplo, manifestaciones de pacíficos ciudadanos, que por velar por la seguirdad y vida de quienes confiábamos que cumpliría debidamente con ese su fundamental deber.
Lo menos que puede hacer ahora ese Gobierno es intentar recuperar el nivel de seguridad vial anterior, con campañas de concienciación y represión de tanto asesino del volante como anda cada vez más impunemente suelto por nuestras calles y carreteras.
