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Trincheras de arroz

Dos cooperativas del Guadalquivir forman el primer productor español

Alejandro Bolaños

Los arrozales del Guadalquivir nadan en la abundancia. En 2001 sus 36.000 hectáreas ofrecieron un rendimiento superlativo y la cosecha, con una producción de 300.000 toneladas, se ganó el calificativo de histórica. En esta campaña, los números, ligeramente inferiores, vuelven a cuadrar: la facturación rondará los cien millones de euros, lo que reafirma al sector como la principal fuente de ingresos de unas 6.000 familias que viven en el límite del Parque Nacional de Doñana. El futuro, sin embargo, se ha llenado de nubarrones y dos de las principales cooperativas de las marismas han decidido unirse para resguardarse del chaparrón. Isla Mayor y Arroceros Unidos anunciaron esta semana su fusión, de la que resultará el mayor productor de España.

A partir de octubre, Unión Arrocera unirá a 515 socios, producirá más de 60.000 toneladas y venderá 17 millones de euros

Unión Arrocera, la nueva entidad, integrará en octubre las instalaciones de secado y almacenamiento de estas dos cooperativas ubicadas en Isla Mayor. Desde los años ochenta, una decena de cooperativas concentran la producción de las marismas de Doñana; las sociedades que ahora se unen no están entre las dos más grandes, pero sus 515 socios, juntos, suman más de 60.000 toneladas y 17 millones en ventas.

'El primer objetivo es reducir los costes lo máximo posible', explica Antonio Llopis, portavoz de la nueva sociedad. Los arroceros tienen asumido que tendrán que apretarse el cinturón. La reforma de la Política Agraria Común que propugna el comisario Franz Fischler elimina la intervención pública para asegurar un precio mínimo y mantiene la superficie con derecho a ayuda, a pesar de que los últimos años han demostrado que se queda muy corta; la ayuda europea en 2001 bajó de los 334 euros por hectárea a los 185 por las penalizaciones. En el año 2009, la UE levantará los aranceles a los 48 países más pobres, que introducirán más de un millón de toneladas en el mercado comunitario.

La integración para reducir costes y la producción de calidad, con menos química y más técnicas agroambientales, son las bazas que le quedan al sector para hacer frente al vertiginoso descenso del precio que se avecina. Un camino que iniciaron en mayo cinco cooperativas del delta del Ebro y que ahora empiezan a recorrer estas dos sociedades sevillanas. A juicio de Llopis, Arroceros del Ebro, ahora la segunda productora española, tiene mucho trecho recorrido. 'Hacen todo el proceso, descascarillan el arroz y comercializan directamente su producto, algo que se nota en su facturación'. Los agricultores de las marismas de Doñana se limitan a suministrar su arroz a Herba y SOS, las grandes de la industria española. Pero vender en blanco puede ser el próximo paso.

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