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La Bolsa castiga a los planes de pensiones

El desplome de los mercados golpea menos a los inversores españoles que al resto de europeos

Cecilia Jan

Modesto Fuentes es dueño de una empresa de aire acondicionado en Madrid. A sus 56 años, no piensa todavía en jubilarse, aunque tiene tres planes de pensiones desde hace años. 'Como trabajo mucho con los bancos, al final cada uno me obliga a contratar un plan'. No tiene dudas a la hora de calificar estos productos: 'Es un desastre, sólo he tenido pérdidas, así que voy a reducir al mínimo las aportaciones'. En su opinión, el Gobierno 'debería obligar por ley a los bancos a garantizar un interés mínimo, para retribuirnos por dedicar nuestro ahorro a la inversión y a sacarle del bollo en el que está metido'.

En los dos últimos años, las principales bolsas del mundo han pasado de alcanzar su techo a perder todo lo ganado desde 1996, en una tendencia cuyo fin nadie se atreve a predecir todavía. El Eurostoxx 50 (indicador de los 50 principales valores europeos) ha perdido cerca del 47%, casi la mitad de su valor en los últimos 24 meses, mientras que el Ibex 35 ha retrocedido un 41% y el Dow Jones estadounidense, un 21%.

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En España, los fondos de pensiones acumularon un patrimonio de 43.185,53 millones de euros al cierre del primer semestre de 2002, de los que un 20% estaba invertido en renta variable. En dicha fecha se habían alcanzado 5.978.715 partícipes, según los datos de la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco). El total de los fondos acumulaba a final de junio unas pérdidas anuales medias del 4,13%, mientras que algunos planes con inversión en renta variable caían hasta un 24,70%.

Clientes preocupados

Esta situación puede hacer pensar que la opinión de Modesto Fuentes es generalizada entre los partícipes de un fondo de pensiones, sobre todo si se invierte gran parte en renta variable. Cierta preocupación sí perciben los que se enfrentan directamente a las dudas y consultas de los clientes.

'No están contentos. Ven que el dinero que ahorran está bajando, y no pueden hacer nada', afirman fuentes del Banco Popular, 'así que este año se ha cambiado mucha gente a renta fija'. Es el caso de Teresa, una pequeña empresaria autónoma de 61 años, que contrató un plan hace ocho: 'En el banco me dijeron que si lo hacía, me bajarían un punto el tipo de interés de un crédito que había solicitado'.

Eran los años dorados de la Bolsa, cuando se conseguían rentabilidades de hasta el 20%. 'Como ganaba tanto, aumenté mucho mi aportación. Además, siempre ingresaba el máximo para desgravar en Hacienda', afirma esta empresaria. 'Pero desde el verano de 2000 empecé a perder, así que el mes pasado lo cambié a un plan de renta fija'.

En el departamento comercial de Caja Madrid apuntan otra tendencia. 'El cliente moviliza [cambia el plan de una entidad a otra] por rabieta, cree que huyendo de un banco o caja le va a ir mejor. Ni siquiera podemos decirles que aguanten un poco, sino que se pasen a un plan más conservador, pero dejando claro que consolidan pérdidas'.

La ley permite cambiar libremente de plan o de entidad, aunque no rescatar el dinero ahorrado excepto si se cumplen determinadas contingencias (jubilación, distintos grados graves de invalidez, o fallecimiento del partícipe o del beneficiario). Sin embargo, al trasladar el plan, las variaciones negativas, que podrían recuperarse de mejorar la situación en los mercados, se transforman en pérdidas patrimoniales reales para el cliente impaciente. La consolidación de pérdidas es, por tanto, una de las razones por las que mucha gente se mantiene en planes de renta variable, según fuentes de Caja Madrid.

En las altas en planes de pensiones sí se observa un aumento del componente fijo sobre el variable, según Manuel Álvarez, director de esta división en el grupo Caser. En 2000, casi no se dieron altas en fondos de renta fija y renta fija mixta I (con menos del 15% de activos de renta variable). En 2002, la proporción de altas de este tipo de fondos ya llega a un tercio del total, en detrimento de los que tienen mayor inversión en renta variable.

La crispación existe, como se reconoce desde distintas gestoras de fondos. 'El cliente está preocupado, porque además de un plan tiene acciones, una casa en la sierra y otras cosas, y es imposible no sufrir cuando la Bolsa está bajando tres días seguidos un 5%', afirma Luis Peña, de Fonditel. 'Pero ahora, en plena vorágine, es tarde para recomendar a alguien de 45 años pasarse de renta variable a renta fija'.

Peña dirige la cuarta gestora por patrimonio en España, que lleva, además, los planes del sistema de empleo (los promovidos por empresas para sus trabajadores) del grupo Telefónica. A finales de junio, los tres planes del sistema individual (los contratados por particulares) gestionados por Fonditel estaban entre los primeros del ranking de rentabilidad anual, según los datos de Inverco. 'Influye mucho el gestor. Somos la única gestora independiente de entre las más grandes, y al no pertenecer a un gran grupo financiero, sólo vendemos planes de pensiones. Eso marca la diferencia', explica Peña.

Esta falta de independencia es criticada por Sergio Martínez, delegado en Cataluña de la Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios (Ausbanc). 'El interés de los partícipes no cuenta, sus pérdidas son siempre mayores que las de las grandes entidades, que incluso obtienen beneficios. Tienen demasiados intereses, y las murallas chinas son un cuento, porque a los gestores les marcan la política de inversión que beneficia al grupo'.

La escasa información al contratar es otro problema del sector, que destaca la Asociación de Consumidores y Usuarios de Bancos, Cajas, Seguros y Productos Financieros (Adicae). 'Mucha gente llama porque no se había leído el contrato, y en el banco les habían dicho que no podían perder', cuenta su portavoz, Fernando Herrero. 'Hay que dar más transparencia, que el inversor sepa los riesgos que corre'.

Jubilación aún lejana

El partícipe típico, según los datos de Caser, tiene entre 40 y 45 años, es decir, un horizonte lejano hasta la jubilación. Cuando pretenda rescatar su fondo, dentro de unos 20 años, 'las volatilidades actuales serán anecdóticas', afirman en Morgan Stanley. La mayor rentabilidad a largo plazo de las inversiones con componente bursátil es indiscutible, según todos los expertos consultados.

Además, pese a que el inversor español está sufriendo pérdidas, como en el resto de Europa, la situación no es equiparable. En España, el plan de pensiones se concibe en primer lugar como un instrumento fiscalmente ventajoso, según varios analistas, como prueba el que en diciembre suba drásticamente el número de altas. Es lo que piensa Segismundo Guerrero, de 56 años, que lleva seis aportando a un plan de pensiones, y pese a las pérdidas, está contento. 'Me lo paga Hacienda, que cada año me devuelve más o menos lo que aporto. De otra forma me lo gastaría'.

En segundo lugar (y sólo en segundo lugar), es un instrumento de ahorro, para conseguir un extra a la prestación de la Seguridad Social. Este 'por si acaso' es lo que impulsó a Encarnación del Teso, de 52 años, a contratar un plan de pensiones, hace sólo un año, y con una aportación mínima. 'Me animaron mis hijos, mi sueldo es corto, y se oye decir que nos podemos quedar sin pensión. Pero no estoy muy enterada de cómo va'.

O a María José Fernández, de 42 años, que hace 14 leyó que 'había que hacer algo para tener una seguridad el día de mañana'. Contrató uno de los primeros planes del mercado y desde entonces ha ido subiendo su aportación. Pese a las pérdidas, piensa que 'no es como una inversión en Bolsa: en Terra perdí casi medio millón'.

Parquet de la Bolsa de Madrid.
Parquet de la Bolsa de Madrid.

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Sobre la firma

Cecilia Jan
Periodista de EL PAÍS desde 2004, ahora en Planeta Futuro. Ha trabajado en Internacional, Portada, Sociedad y Edición, y escrito de literatura infantil y juvenil. Creó el blog De Mamas & De Papas (M&P) y es autora de 'Cosas que nadie te contó antes de tener hijos' (Planeta). Licenciada en Derecho y Empresariales y máster UAM/EL PAÍS.

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