Los 'eggs' del sevillano

'En los últimos 100 metros a mí no me para nadie', dijo Penti y, por si alguien no lo había entendido, explicó la razón. 'La clave es que tengo cojones'. Y como estaba en una conferencia de prensa internacional pidió, al improvisado traductor (que pese a que España lleva 12 medallas, la organización no ha dado aún con nadie que sepa inglés y español a la vez) que le tradujera para que todo el mundo se enterara, y como el improvisado traductor balbuceaba y soltaba en inglés titubeante cosas como 'testosterone' y así, Penti, que tiene lo que dice, o así parece, se subió a la silla, se puso de pie, se llevó la mano derecha a sus partes, hizo el gesto universal y precisó: tengo esto, tengo 'eggs' (huevos, en inglés). Ni que lo jure, vamos.

Penti había ganado, como soñaba, como desesperadamente quería, como terriblemente temía no lograrlo. Penti había ganado y por fin podía liberar toda la energía que llevaba una semana sin saber qué hacer con ella. O con la que aún le quedaba. Lo decía su compañero Eliseo Martín. 'Penti ha estado muy nervioso estos días', dijo el aragonés. 'Él, que es alegre y dicharachero y no para de hablar y contar chistes, estaba apagado, callado. Y antes de la salida estaba como nunca, serio, concentrado. Se había puesto un listón muy alto y luego no ha corrido con la suficiente confianza'.

'Sí que he estado nervioso', dijo el andaluz que nació en Mairena del Aljarafe, vivió en San Juan de Aznalfarache ('y me siento sanjuanero', dice) y en Almensilla (donde viven sus padres, él, metalúrgico, ella, tareas del hogar), y ahora reside en el CAR de remo y piragüismo de la capital del Guadalquivir. 'Pero eso es porque todo el mundo me había puesto de favorito. Yo estaba serio porque me encontraba muy bien y sabía que podía luchar por la medalla. Pero en el fondo me ha venido bien, porque yo transformo los nervios en agresividad en la carrera'. Como si tuviera una fábrica que convierte el estrés en adrenalina y en su cuerpo hubiera encontrado un depósito para almacenar la adrenalina (o los 'eggs', que dice él) para poder usarlo cuando haga falta. Y de ahí sale el Penti (de Pentinel, su segundo apellido) que es el terror de las pistas (o, como dice Berlanas, 'un peligro, en el buen sentido, claro, alguien del que hay que estar siempre pendiente'), que puede que tácticamente corra fatal, que no se sepa colocar pero que, cuando llega el momento, aparece desenfrenado.