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Una comisión judicial investiga en Suiza un quebranto multimillonario en La General de Granada

Ocho años después de que la Caja General de Ahorros de Granada descubriera un quebranto de 40,2 millones de euros (6.700 millones de pesetas) ocasionado por los manejos irregulares de su jefe de Extranjero y director de la sucursal de Madrid, Ramón Bravo Blanco, las indagaciones policiales aún no han dado con el rastro del dinero esfumado. Desde hace unos meses, una nueva comisión rogatoria compuesta por peritos judiciales examina en diversos bancos suizos las cuentas corrientes en busca de una pista. El resultado de la pesquisa se conocerá a comienzos del otoño.

Ramón Bravo Blanco, que se encuentra en libertad bajo fianza, infligió a La General de Granada el mayor quebranto de su historia. Desde 1991 el jefe de Extranjero invirtió sin ningún tipo de autorización en 'codis', un producto financiero creado por la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) consistente en la compraventa a crédito de divisas fuertes (generalmente yenes y dólares) para especular con su valor a tenor de la fluctuación de los mercados.

De las 29.000 operaciones hechas por las cajas españolas entre 1991 y 1995 alrededor de 7.000 correspondían a La General. Bravo utilizó el nombre de clientes de la caja para operar y adquirir a crédito las divisas. Para entender la magnitud del quebranto basta con recordar que los 6.700 millones de pesetas equivalían al doble de los beneficios obtenidos en 1994. En el transcurso de la investigación no se ha podido esclarecer si dicho montante lo perdió por completo Bravo, como él asegura, en las diferentes operaciones financieras o si parte del mismo se encuentra en alguna cuenta o invertido en bienes.

El primer muestreo demostró que el director de la sucursal de Madrid no poseía ningún patrimonio a su nombre y que todas sus pertenencias las había puesto a nombre de su esposa, que, a su vez, las cedió a terceras personas. Los servicios jurídicos de La General han logrado que la esposa y sus beneficiarios hayan declarado en el juzgado de Instrucción número 10 de Madrid como imputados. En los últimos ocho años la policía ha investigado los movimientos de las cuentas entre 1991 y 1996, así como las escrituras públicas otorgadas por los sospechosos.

La General sostiene que las ganancias eran liquidadas mediante la emisión de cheques nominativos en divisas a favor de titulares ficticios y con cargo al Credit Suisse de Zúrich. Con posterioridad, los cheques eran endosados en blanco por sus teóricos beneficiarios y compensados en una cuenta del Banco de Negocios de Suiza.

La caja granadina no descubrió el quebranto hasta cuatro años después de que Blanco comenzara a operar en 'codis'.

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Antonio Claret García, actual presidente de la caja granadina, declaró que el nuevo equipo ha dado órdenes de mantener los mecanismos judiciales.

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