Schröder abre su campaña electoral con una defensa del modelo social de Alemania
El conservador Stoiber, favorito en las encuestas, defiende el cambio desde su feudo bávaro
Con el lema 'Por una Alemania moderna', la caravana azul de los socialdemócratas inició ayer su campaña en Hannover, la ciudad natal de Gerhard Schröder. El canciller, en un discurso pronunciado ante 7.000 personas, repasó los temas que centrarán su campaña: el apoyo a los jóvenes y a la familia, la mejora de la educación, la reforma del mercado del trabajo y el aumento de la productividad de las empresas. En suma, Schröder defendió en su mitin el modelo social alemán. El de ayer es el primero de los 400 actos que tiene previstos el SPD de aquí al 22 de septiembre.
'Hemos logrado mucho y nos queda mucho por conseguir. Necesitamos otro mandato', dijo Schröder tras criticar el modelo 'poco social' de vida norteamericano. 'Ése no es el modelo alemán', aseguró. Ni una sola vez nombró Schröder directamente a su contrincante conservador, Edmund Stoiber, pero sí lo hizo de forma indirecta: 'Con los conceptos y el personal de otros tiempos no se domina el presente ni se gana el futuro', afirmó.
Las encuestas publicadas el pasado domingo, sin embargo, no parecen opinar lo mismo que el canciller: un escaso 34% votaría a su Partido Socialdemócrata (SPD); un 41% prefiere a la Unión Democrática Cristiana (CDU). Las posibilidades de coalición han disminuido para los socialdemócratas desde la dimisión, la semana pasada, del líder del Partido del Socialismo Democrático (PDS, ex comunistas), Gregor Gysi, por el affaire de los bonos de Lufhansa (cientos de diputados los han usado para viajes privados). Los institutos de opinión mostraron ayer el efecto de la salida de Gysi: el PDS cae hasta un 4% y se necesita un 5% para estar representado en el Parlamento alemán.
El partido de los ex comunistas, que centra sus esperanzas en el este del país (en el oeste no tiene muchas simpatías), presentó ayer en Berlín su campaña bajo el lema: 'Justicia social y paz; contra la guerra'.
Los liberales del FDP, al grito de 'Alemania está madura', se reunieron ayer en Schwerin, al norte del país, para hacer planes sobre su futura participación en el Ejecutivo y preparar la fase más intensa de su campaña, que está centrada en la seguridad, la privatización de empresas y la bajada de impuestos. La gira del FDP no comenzará hasta mitad de agosto, aunque su líder, Guido Westerwelle, hace ya días que se mueve por el país subido en su furgoneta amarilla, el Guidomóvil. Los votos que obtengan serán decisivos a la hora de formar Gobierno en Alemania. Pero el Partido Liberal dejará abierta la cuestión de la coalición (con la CDU o con el SPD) hasta 'su debido tiempo', dijo en Berlín un eufórico Jürgen Möllemann, presidente del FDP en Renania del Norte-Westfalia. Las encuestas de los últimos días dan al FDP casi un 10% de las papeletas.
Los Verdes, por su parte, se centran en la popularidad de su líder, Joschka Fischer, actual ministro de Asuntos Exteriores, y en los terrenos que dominan: ecología, consumo y apoyo a la política de mujer y familia, para conseguir su meta: el 8%. Un porcentaje que parece lejano, ya que los escándalos de los bonos aéreos han dañado también a los ecologistas y las encuestas les conceden sólo un 6%.
Por su parte, Stoiber, candidato a canciller de la CDU, visitó ayer su pueblo natal en Baviera, Oberaudorf, dispuesto a divulgar también en terreno conocido sus ideas de 'Productividad', 'Seguridad' y 'Tiempo para los hechos'. Ejemplos para ilustrar otro de sus eslóganes, 'Es necesario el cambio', le sobran: sólo tiene que mostrar los datos de la situación económica y el paro (se cree que en julio el número de parados alcanzará los 4,1 millones, un 9,5% de la población activa) y citar los abundantes escándalos políticos y económicos.
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