Oposiciones

En las recientes oposiciones a profesores de enseñanza secundaria para la asignatura de Música de la Comunidad de Madrid había convocadas 80 plazas (40 de turno libre y 40 de otros turnos), con lo que los ánimos de los opositores podían ser buenos; se presentan recién licenciados y profesores interinos que año tras año la Administración contrata, considerándolos capaces.

El examen consta de tres partes: un tema escrito, una parte práctica y una encerrona, en las que se pueden mostrar con más o menos objetividad los conocimientos y los esfuerzos realizados por el opositor. Cada parte es eliminatoria, por lo que al final quedan pocos opositores vivos, pero lo triste y decepcionante es que sólo se han adjudicado 43 plazas, es decir, se han dejado sin conceder 37, existiendo 177 vacantes en el curso 2002-2003.

Si los que se quedan sin plaza es porque, según los tribunales, no tienen nivel, ¿cómo es posible que los contraten como interinos el mismo día que a los que han sido declarados aptos? Tampoco existen unas normas específicas de cómo tiene que ser la exposición de los temas, pues varían los criterios de los distintos tribunales. En lo que sí coinciden es en eliminar al máximo de participantes.

No se trata sólo de demostrar conocimiento de los temas, sino que también existen ciertos componentes subjetivos, humanos por cierto -también suerte- pero no siempre justos, y menos en estos tiempos de precaridad e inestabilidad laboral.

Por favor, dejen de jugar con falsas promesas, que el tema es muy serio para los licenciados opositores, algunos con muchos años de experiencia y conocimientos.