El fiscal pide penas de 12 años de cárcel para tres acusados por el crimen del Maremàgum

La fiscalía solicita penas de 12 años de prisión por un delito de homicidio para dos porteros y un vigilante de seguridad por su presunta participación en la muerte del ecuatoriano Wilson Pacheco, que fue arrojado a las aguas del complejo lúdico Maremàgnum después de recibir una paliza. Para el cuarto implicado, la fiscal Rosana Lledó reclama una multa de 12.960 (algo más de dos millones de pesetas) euros por un supuesto delito de omisión del deber del socorro. La acusación pública sostiene que actuaron con 'desprecio e indiferencia' hacia la víctima.

El caso se está tramitando y lo juzgará un tribunal de jurado, lo que implica que la instrucción judicial sea mucho más rápida, por lo que es probable que antes de que se cumpla un año de los hechos ya se haya juzgado. Tras el escrito de acusación de la fiscalía, la titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Barcelona deberá decidir ahora si abre juicio con jurado contra los tres acusados o sólo contra uno, James Anglada, que es el único que está en prisión. Los otros fueron excarcelados al cabo de unos días de ocurrir el crimen pese a la oposición de la fiscalía y de la acusación particular, ejercida por el abogado Jordi Galdeano.

El crimen de Wilson Pacheco se produjo en la madrugada del 27 de enero de este año, cuando se vetó la entrada al local Caipirinha a este ciudadano y a unos amigos, de origen ecuatoriano. Eso motivó una discusión entre los vigilantes y los visitantes, durante la cual Pacheco arrojó a uno de ellos el cuello de una botella de vidrio que había roto. El portero repelió la agresión y los ecuatorianos huyeron perseguidos por los vigilantes.

Todos pudieron escapar, menos Pacheco, que fue alcanzado a 326 metros del local Caipirinha, casi al final de la pasarela de madera en dirección a las oficinas del Puerto. El escrito de la fiscal relata que el vigilante de seguridad Antonio Fernando Quincoces, de 30 años, y el portero Mariano Romero, de 37, con otra persona que no ha podido ser identificada, derribaron a Pacheco y le propinaron ocho golpes, entre patadas, puñetazos e impactos con la porra, en la cabeza, el abdomen y los genitales.

Posteriormente llegaron al lugar el portero James Anglada, de 32 años, y el vigilante David Gascó, de 22, quienes 'pese a no participar en los golpes observaron con claridad y pudieron ver a Pacheco derribado y maltrecho'. Gascó se separó unos metros y no hizo nada para socorrer a la víctima, recuerda la fiscal, pero Anglada levantó a Pacheco del suelo y tras arrastrarlo unos metros logró que se pusiera de pie. En esas condiciones, sigue relatando la fiscalía, Anglada condujo al ecuatoriano al borde del agua y fue entonces cuando Quincoces le espetó: 'Dale un chapuzón', en presencia también de Romero.

Finalmente, Pacheco fue arrojado al mar por James Anglada mientras los otros dos acusados presenciaban 'impasibles la acción sin realizar el más mínimo ademán para detenerlo'. La fiscalía va incluso más allá y considera que 'en realidad Anglada exteriorizaba la intención de los tres de arrojar al agredido y maltrecho Wilson al mar'.

En el escrito de acusación se asegura que 'los tres sabían que la víctima se hallaba maltrecha por los golpes que acababa de recibir', además de encontrarse en estado ebrio, por lo que era 'muy probable que pudiera perecer ahogado'. La fiscal recuerda, además, la impresión que provoca en el cuerpo de una persona la baja temperatura del agua del puerto en el mes de enero, la profundidad y la falta de un apoyo para intentar sobrevivir.

El relato de la fiscalía sigue explicando que los tres acusados no sólo no hicieron nada por salvar la vida del acusado, sino que cuando una testigo les advirtió del peligro que corría Pacheco y de la gravedad de lo ocurrido, uno de ellos respondió: 'Si esta rata sabe correr, sabrá nadar. Y si no, que se ahogue'. La acusación pública sostiene que esas palabras demuestran 'el desprecio e indiferencia por la suerte que pudiera correr Wilson Pacheco', que tenía 26 años y tres hijos, de seis años, cinco y uno. La familia viajó de Ecuador a España tras suceder los hechos y ya se ha quedado a vivir en el país después que la Delegación del Gobierno regularizase su situación.

Huida de España

Tras ocurrir los hechos, Anglada huyó a Estados Unidos y días después se entregó a la policía. En su escrito de acusación la fiscalía solicita también 180.000 euros de indemnización más intereses para la familia de la víctima y declara la responsabilidad civil subsidiaria de las aseguradoras.

La acusación particular ha presentado un escrito mucho más duro que el del fiscal, en el que solicita penas de 15 años de prisión para cada uno de los cuatro acusados. El abogado Jordi Galdeano considera que a los dos vigilantes y los dos porteros se les ha de aplicar la agravante de haber actuado por motivos discriminatorios y con abuso de superioridad.

'El escrito de la fiscalía asume las tesis que planteamos desde un principio, según las cuales fue un homicidio, por lo que no entendemos que dos acusados que afrontan penas tan graves de prisión sigan en libertad. Esperemos que no ocurra lo peor y huyan', aseguró el abogado Galdeano.