Del petróleo al funcionamiento de la Tierra
Los geólogos formamos una clase de tamaño relativamente reducido en todos los países. Ello no obsta para que el trabajo de los geólogos sea importante. La falta de una pequeña pieza puede impedir el funcionamiento de una máquina. Es evidente que sin la colaboración de los geólogos la sociedad moderna no podría funcionar, ya que son un elemento esencial en la obtención de recursos naturales como el petróleo, el gas o el carbón por un lado y de las materias primas minerales por otro. Nuestra vida transcurre con el uso cotidiano de la energía tanto a nivel doméstico como a nivel industrial, para referirnos sólo a los recursos energéticos.
Desde otra perspectiva el conocimiento e interpretación de la historia de la Tierra y de la Vida dependen en gran parte de la investigación geológica, del estudio del registro rocoso. Ello conlleva evidentemente la necesidad de trabajar conjuntamente con científicos de otras especialidades, tales como biólogos, físicos y químicos, sobre todo. El resultado es interpretar de una manera adecuada la 'conducta' de nuestro planeta en el pasado remoto, en el pasado próximo y en la actualidad y en el inmediato futuro.
Esta última concreción se está revelando como un tema de interés primordial para la humanidad contemporánea, tanto por el progreso de nuestros conocimientos, como por la convicción cada vez más universal de que este mamífero llamado Homo sapiens tiene una influencia creciente en lo que hemos llamado la conducta de nuestro planeta. De lo que apenas disponemos es de una teoría elaborada de esta conducta o funcionamiento, es decir, de una ciencia del sistema terrestre: Earth System Science como se ha llamado. Un grupo de expertos entre los cuales había geólogos eminentes de prestigio internacional, se reunieron en Siena en septiembre del año 2000 para tratar este tema y hacer propuestas al respecto. Las comunicaciones han sido publicadas el año pasado con el subtítulo muy ilustrativo y un tanto provocativo de A new subject for study (Geophysiology) or a new philosophy? [Una nueva área de estudio (Geofisiología) o una nueva filosofía]. Estos autores recurren frecuentemente a la teoría de Gaia, propuesta por James Lovelock y expuesta en muchos libros y trabajos de este autor y de Lynn Margulis, para intentar elaborar esta ciencia del sistema terrestre. La teoría de Gaia ha sido considerada demasiado especulativa por muchos autores, pero realmente está ayudando a plantear en sus debidos términos la ciencia a que nos estamos refiriendo. Las ponencias contenidas en el libro citado se esfuerzan en plantear tanto en cuanto a la historia pasada como a la historia futura el funcionamiento de la biosfera en el contexto de la geodinámica, insistiendo en diversos aspectos de esta cuestión siempre buscando las bases para una teoría general. Es particularmente interesante, entre otros temas, el tratamiento de la producción de carbonatos en la historia de la Tierra y de la Vida; tema en que muy particularmente juegan conjuntamente la biología y la geología. El análisis del comportamiento de los nutrientes oceánicos y del oxígeno atmosférico también es objeto de especial atención de estudios hechos en el Mediterráneo. El establecimiento de una modelización, llamada en este libro ecológica y un intento de sentar las bases de una teoría general sobre el sistema de la tierra desde la perspectiva gaiana completan el volumen.
Sea cual sea la atención y la valoración que las ideas de estos autores merezcan por parte de la comunidad científica, el solo hecho de llamar la atención de una manera documentada y los propios intentos de formular las bases de una ciencia del sistema Tierra son de agradecer y a tener en cuenta. Nuevamente los geólogos tenemos una responsabilidad en un tema de gran trascendencia. Evidentemente, junto con los biólogos, los físicos y los químicos.
Salvador Reguant es catedrático emérito de Geología (Universidad de Barcelona).
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