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Siete detenidos en el desalojo de una vivienda ocupada en Valencia

La policía sacó a los ocupas con una escalera de bomberos

La policía detuvo ayer a siete jóvenes, tres de ellos con antecedentes y uno reclamado judicialmente, en el desalojo de la finca del número 64 de la calle de Sagunto de Valencia, donde vivían ilegalmente. Cuatro de los detenidos, a los que se acusa de daños y desórdenes públicos, se atrincheraron en la casa y lanzaron globos de agua y pintura a los coches. La policía accedió a la vivienda con la escalera de bomberos.

El agente judicial que a las 8.00 acudió al número 64 de la calle de Sagunto, en el barrio de Zaidía, regresó sin poder hacer entrega de la orden judicial de desalojo y empapado en agua de pintura. Cuatro jóvenes se atrincheraron en el interior de una casa de tres plantas, que ocupaban desde hacía un mes, y en la que convirtieron una vieja pajarería en un centro abierto al barrio para talleres de pintura, teatro y cine.

Al parecer, la dueña de la casa dio permiso a los jóvenes para que ocuparan la finca. Sin embargo, la vivienda, afectada por una actuación urbanística, debía ser demolida ayer. Ante la presencia policial tras el episodio con el representante judicial, los cuatro resistentes en el interior de la casa lanzaron globos de agua y de agua con pintura a una docena de vehículos -perfectamente seleccionados de entre los que circulaban, escogiendo a los más nuevos y más caros- ante la mirada de agentes de la policía local y nacional que no actuaron hasta pasadas las 13.00.

Unos 40 vecinos se agolpaban a ambos lados de la calle, otros pasaron la mañana en los balcones de fincas próximas. Su opinión se dividía entre quienes criticaban la pasividad policial al ver como lanzaban pintura a los vehículos -dos conductores se encararon a los jóvenes, uno de ellos llegó a lanzarles piedras- y los que consideraban, entre ellos las dependientas de dos establecimientos próximos, que la policía iba a desalojar a 'unos chicos que no hacen nada malo, que este fin de semana han organizado un montón de cosas, mientras a dos fincas viven ilegalmente varias familias que nos roban e intentan vendernos lo que nos quitan sin que nadie haga nada'.

Los agentes de intervención llegaron a las 12.00. Media hora más tarde, cuando preparaban el operativo para actuar, uno de los jóvenes que permanecía en la casa se colgó de una cadena que unía la finca con una grúa de una obra próxima. Cinco policías entraron a la casa por detrás, utilizando una escalera de bomberos. Minutos después, la misma escalera, ya por la fachada principal, sirvió para acceder y reducir a los cuatro. Otros tres jóvenes fueron detenidos en las inmediaciones por incitar a daños y a desórdenes públicos.

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