El 'rincón' del accionista necesita mejorar
Los expertos piden que se regule el contenido de la información financiera que las empresas ofrecen en Internet
Todas las grandes empresas españolas ofrecen información financiera en Internet. En estos rincones del accionista cada compañía cuelga lo que quiere. Esta circunstancia puede cambiar si el Gobierno toma nota de la recomendación del comité de expertos que ha elaborado el libro blanco sobre la reforma contable que pide que se regule sobre este extremo.
Red Eléctrica acaba de ganar el primer premio de la Asociación Española de Contabilidad y Administración de Empresas (Aeca) por la calidad y accesibilidad de la información financiera que ofrece en Internet (www.ree.es). En el rincón del accionista de esta empresa, los alrededor de 1.000 visitantes diarios pueden consultar la memoria anual, el informe de gestión, avances de resultados, ver la cotización en tiempo real, o mandar un correo electrónico pidiendo más información, entre otras cosas.
Como Red Eléctrica, que inauguró su página corporativa en 1997, prácticamente todas las grandes compañías españolas, y por supuesto las 35 del Ibex, tienen reservado un rincón en Internet para dirigirse a accionistas y analistas. La Asociación Española de Relaciones con los Inversores tiene entre sus miembros a 44 de ellas.
Otra cosa es el alcance de los contenidos que éstas deciden colocar en la Red. Las empresas cuelgan la información que quieren e, incluso, evitan exponer la información molesta. Según un análisis de Juan Luis Gandía, profesor de la Universidad de Valencia y miembro de la comisión de Nuevas Tecnologías y Contabilidad de Aeca, de las 35 empresas del Ibex, sólo el 56% ofrecía el año pasado una información financiera completa y el 59% no ponía a disposición de los internautas el informe de auditoría. Del total de compañías, sólo nueve superaba el aprobado según el método de este profesor, que ha servido de base a Aeca para otorgar su premio. 'La tendencia no ha cambiado, aunque las compañías tienden a igualarse', asegura Gandía. Ferrovial y Bankinter obtuvieron menciones especiales en el premio de Aeca. Telefónica recibió recientemente un premio europeo.
Las críticas más extendidas se centran en la falta de información completa, la utilización de diferentes formatos, lo que dificulta la labor del navegante, la imposibilidad de acceder al informe de auditoría de forma separada y la confusión entre información auditada y la que es una mera declaración de intenciones de la compañía. 'La variedad en los formatos, el diseño, contenidos y hasta la forma en que se actualiza la información, es total', subrayan fuentes del Instituto de Analistas Financieros.
Funcionalidad y transparencia
Tras esta situación se esconde una cierta cultura empresarial reñida con la máxima transparencia y que contrasta con las prácticas más avanzadas de las grandes compañías estadounidenses. 'Las empresas españolas se han acostumbrado a emplear triquiñuelas', asegura un experto, 'para esconder la información que no les interesa'.
'La tendencia es a que las empresas dejen de utilizar Internet como un escaparate para integrarlas en sus políticas de comunicación corporativa', explica Javier del Hoyo, director de desarrollo internacional de ICR Network, una empresa especializada que ha ayudado al Grupo Telefónica y otras compañías a mejorar su página web. Este profesional resume los dos requisitos que debe cumplir una buena página para inversores: funcionalidad, que el usuario pueda acceder de forma sencilla a todos sus contenidos, y transparencia.
Para poner coto a la situación actual - ya existen más de siete millones de internautas en España y cada vez más familias invierten en Bolsa- el comité de expertos que ha elaborado el libro blanco para la reforma contable por encargo del Ministerio de Economía considera necesario regular esta cuestión. Para garantizar unos mínimos -no tiene sentido que las empresas eludan publicar en la web lo que están obligadas a depositar en el registro o enviar a la Comisión Nacional del Mercado de Valores- y para evitar confusiones. Las principales propuestas son que las empresas se hagan responsables de la información que difunden; que diferencien la auditada de la que no lo está; y que cuando presenten datos incompletos, incluyan un enlace a la página web del organismo donde figuran la información completa.
La mayoría de los consultados es partidario de regular estas cuestiones. El debate surge en el cómo. El presidente de la comisión y profesor de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid), José Antonio Gonzalo Angulo, considera que debería hacerse mediante una norma obligatoria ya que 'los códigos de buenas prácticas no suelen cumplirse'. Otros interesados, como la Aeca o el Instituto de Analistas Financieros son más partidarios de normas voluntarias.
En busca de un lenguaje universal en la Red
En Internet circula información financiera de todo tipo a caballo de distintos programas informáticos, a veces difíciles de compatibilizar. Los usuarios de esta información no sólo pueden sufrir una saturación de información sino verdaderos problemas para manejarla. Para facilitar su intercambio y homogeneización existe desde hace tres años un consorcio del que ya participan 140 organismos y empresas de todo el mundo -entre ellas las cinco grandes auditoras-, y que lidera un movimiento en favor de un lenguaje universal en Internet para la información contable y financiera. Se trata del XBRL (www.xbrl.org, que incluye ejemplos prácticos). La iniciativa ha sido recogida en España por la Asociación de Contabilidad y Administración de Empresas (Aeca) reseñada en el libro blanco para la reforma contable que ha elaborado una comisión de expertos por encargo del Ministerio de Economía. En este texto no sólo se explica que el XBRL es un método que funciona con cualquier sistema operativo y con el que los usuarios -contables, auditores y analistas, sobre todo- pueden preparar, publicar en diversos formatos, intercambiar y analizar estados financieros y la información que éstos contienen, sino que puede ayudar a que la difusión y explotación de estos datos sea más sencilla y a un coste menor. La iniciativa es aún poco conocida en España. Algunos expertos dudan de si las empresas están dispuestas a apostar por este nuevo lenguaje.
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