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El techo de la nueva estación de tren de El Escorial cede al mes de ser inaugurada

Cientos de usuarios transitan a diario por un vestíbulo apuntalado y acotado por vallas

Esther Sánchez

La nueva estación de cercanías de El Escorial, inaugurada hace tan sólo un mes por el ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, y el presidente de la Comunidad, Alberto Ruiz-Gallardón, hace agua. La cubierta del techo ha cedido en algunos lugares y ha sido necesario apuntalarla. Además, hay humedades y los usuarios -más de 3.100 diarios- transitan por una zona reducida del vestíbulo, ya que el resto está vallado debido al mal estado del techo. Las obras tardaron cuatro años en finalizarse y supusieron a Renfe una inversión de 2,7 millones de euros.

Las nuevas instalaciones de cercanías de Renfe en El Escorial se inauguraron a bombo y platillo el pasado 12 de junio. En el acto estuvieron presentes el ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos; el presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, y el presidente de la compañía ferroviaria, Miguel Corsini.

Todo parecía perfecto. Se habían alcanzado dos objetivos largamente acariciados por el municipio: un paso bajo las vías del tren, que une las dos partes del pueblo y evita el rodeo que supone llegar a la estación, y una nueva terminal subterránea de 1.700 metros cuadrados (370 de ellos para zona comercial). El conjunto se completa con ascensores para acceder a las vías y un aparcamiento en superficie con 350 plazas, que estará acabado en octubre.

Las instalaciones arrancaron elogios a todas las autoridades asistentes al acto de inauguración. Álvarez-Cascos mostró su satisfacción por la actuación, que, según dijo, era un reflejo de la modernidad que está adquiriendo la red ferroviaria en España. Ruiz-Gallardón también alabó la recién estrenada estación y comentó la mejora que iba a significar para incrementar la calidad del servicio en la zona.

Apoyos poco consistentes

Pero, el martes pasado, los usuarios de la flamante estación se vieron sorprendidos por el apuntalamiento de una parte del techo y el cierre de la mitad del vestíbulo subterráneo. Un portavoz de Renfe reconoció ayer que existen problemas en la estación. 'El falso techo ha cedido en una zona, debido a que los apoyos en los que se asienta no son lo bastante consistentes', explicó. Renfe aclara que la obra todavía no está recepcionada [firmada su aceptación], por lo que la responsabilidad es de la empresa contratada para efectuar la construcción.

'Se deja pasar un tiempo antes de recepcionar cualquier obra, debido a estos casos en los que aparecen pequeños problemas después de estar acabada la construcción', indicó el portavoz de la compañía. La empresa ferroviaria añade que la constructora ya está poniendo los medios para arreglar los desperfectos.

En el Ayuntamiento escurialense, la actual situación de la estación había pasado totalmente inadvertida hasta ayer. El alcalde de la localidad, Javier de Miguel, del PP, declaró a este periódico que un lateral del vestíbulo estaba cerrado debido a la 'restauración de diversos elementos de la antigua estación catalogados como bienes de interés patrimonial'. 'Se aprovecha este espacio [el vestíbulo] para pasar la maquinaria que se necesita para rehabilitar la marquesina de la estación y la torre del guardagujas', aseguró De Miguel. 'Al mismo tiempo, están cambiando unas luminarias que no eran las adecuadas', concluyó el regidor.

Sin embargo, el grupo socialista de El Escorial, en la oposición, subraya que este problema ya existía el día de la apertura de las instalaciones. 'Sencillamente, este lugar siempre ha tenido problemas de inundaciones, debido a unos pozos de agua inagotables que existen en una parcela situada por encima, y ahora aparecen aquí las humedades, tanto en el suelo como en el techo', sostiene Francisco Muñoz de la Peña, concejal socialista de El Escorial.

'Si con las pocas lluvias que hemos tenido ha cedido el techo y se ha inundado el vestíbulo, cuando llegue el invierno la situación se complicará', auguró el edil. El edil agregó que el primer problema se descubrió a los pocos días de inaugurarse la estación. 'Empezó a llover y los bomberos tuvieron que achicar el agua del vestíbulo. Parece mentira que una administración sea capaz de lle-var a cabo una chapuza como ésta', protestó Muñoz de la Peña.

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Sobre la firma

Esther Sánchez
Forma parte del equipo de Clima y Medio Ambiente y con anterioridad del suplemento Tierra. Está especializada en biodiversidad con especial preocupación por los conflictos que afectan a la naturaleza y al desarrollo sostenible. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y ha ejercido gran parte de su carrera profesional en EL PAÍS.

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