El juego de terror 'Alone in the dark', el primero en mezclar diferentes géneros

En España estaban a punto de celebrarse los Juegos Olímpicos de 1992 y la Exposición Universal cuando llegó al mundo del videojuego Alone in the dark, un título que sentó las bases de los juegos de terror.

Frédérick Raynal creó para Infogrames un mito que ha tenido continuación 10 años después con la cuarta entrega de la saga. Además de ser considerado el precursor del género survival horror, que posteriormente sería copiado por los japoneses de Capcom en Resident evil, Alone in the dark fue el primero que justificó la mezcla de géneros. En este caso se habló de un juego de acción y aventura, combinando dos tipos de juego que hasta entonces habían ido separados.

Quedarse solo en la oscuridad es uno de los mayores temores de cualquier chaval. Quien sabe qué horrorosos monstruos repletos de tentáculos aguardan en la oscuridad de un sótano sin luz, por no hablar de los gusanos de dientes afilados que surgen bajo la cama cuando mamá deja la habitación en la lobreguez más inquietante. Así se siente Edward Carnby, el protagonista del juego, cuando entra por primera vez en la mansión Derceto. Como detective le habían encargado un trabajo facilón: hacer una relación de los objetos de la casa que pudieran tener algún valor para su cliente, un anticuario del lugar.

El propietario de la casa falleció unas semanas antes y la vivienda quedó vacía. Supuestamente Jeremy Hartwood se había suicidado. A la policía le venía que ni pintada esta teoría para poder cerrar el caso cuanto antes y así poder dejar de investigar en la mansión. Una vieja leyenda contaba que una maldición pesaba sobre la casa Derceto.

El guión de Alone in the dark está basado en las novelas de H. P. Lovecraft, por lo que la profundidad de la trama y la calidad están garantizadas.

Técnicamente el juego era toda una novedad. Raynal mezcló los gráficos vectoriales en 3D con imágenes estáticas por primera vez. Antes se habían usado gráficos 3D en simuladores de vuelo y espaciales, pero nunca sobre un fondo pregenerado. De esta forma los personajes eran un conjunto de polígonos de cuatro o seis caras como mucho y de un solo color cada uno. Éstos se desplazaban sobre una imagen que podía representar una habitación vista desde una esquina.

No sólo la combinación era perfecta, sino que el control sobre los personajes y cómo éstos interactuaban con los objetos, también poligonales, y los enemigos era como un guante para los jugadores. La acción venía dada por las continuas peleas con los monstruos y la pincelada de aventura la ponía el tener que resolver distintos puzzles por toda la casa.

Alone in the dark fue uno de los primeros títulos en CD y apareció para ordenadores PC y Mac. El juego tenía que ser instalado por completo en el ordenador y ocupaba la friolera de 5 MB, porque el lector de CD se usaba para reproducir las pistas de la banda sonora, una composición preciosa de Philippe Vachey.

Posteriormente aparecieron de forma relativamente rápida la segunda y tercera parte del juego. Los guiones seguían una trama terrorífica y servían de excusa para lanzar productos similares con algunas mejoras, como polígonos con más caras o renovados sistemas de control.

Ninguna de las secuelas gozó de tanto éxito como la primera y fueron criticadas porque las supuestas mejoras estropeaban la laureada jugabilidad del original. La cuarta entrega se lanzó en la pasada Navidad, tras siete años de silencio, y recibió una buena acogida.