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Los Padrinos ven 'su propio 'label' de estupidez' en la música vasca

El cuarteto vitoriano Los Padrinos está de actualidad por la edición de su segundo álbum. Al límite ha llegado a las tiendas bien surtido de rock and roll arrogante, cantado en castellano y más endeudado con la pujante escena escandinava de punk rock and roll que su predecesor. 'Sí, nos hemos hecho un implante para medir 1,89 metros, nos hemos teñido de rubio y nos hemos vuelto sosos', bromea Juan Uriarte, bajista y compositor del grupo. Una jocosa ratificación de la influencia nórdica que lleva a preguntarse por qué buscan tan lejos, si no hay referencias válidas para el rock en España.

'La inmensa mayoría de lo que escuchamos es viejo y americano: soul, rhythm and blues, rock sureño de los años setenta, rock and roll... En España sí hay cosas validas, pero son contadas, y además en su día mamaron de lo que te he indicado, así que es mejor ir directamente a la madre', afirma el músico, antiguo integrante de los Allnighters.

Menos complacencia muestra al juzgar la escena musical vasca. 'Es cierto que posee su propio label de estupidez. Se siguen loando los mismos eslóganes y grupos que hace 15 años; y si no los mismos grupos, la copia chunga de octava generación de aquellos, que es peor. Falta una hostia que haga pasar de pagina', propone antes de suavizar su discurso y afirmar que 'faltaría a la verdad' si obviara que 'también salen grupos de diferentes estilos que lo hacen muy bien, y que tienen su peso en el Estado'.

Los textos de Al límite son casi tan gráficos como sus desarrollos instrumentales, y lo mismo recuerdan a Bon Scott, antiguo cantante de AC / DC, que repudian la música techno, el pop y el bakalao. Sus responsables derrochan la actitud algo chuleta que consideran imprescindible en el rock and roll -'¿Te imaginas a Gene Vicent, Robert Gordon o Chuk Berry sin ese punto?'-, aunque niegan que su intención última sea provocar. Algo que ya no logran, según Uriarte, ni los punkis: 'Para provocar están las bandas de punk, lo que pasa es que ya no existe ninguna a la antigua usanza, son todas una ONG, lloronas y kalimotxeras'.

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