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LE FIGARO | REVISTA DE PRENSA
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Fractura política violenta

Un hombre, mezclado entre la gente en el desfile del 14 de julio, ha disparado al jefe del Estado. Un gesto cuya incoherencia no logra explicar la policía. ¿Es fruto de la locura de un desequilibrado? La investigación lo aclarará. Lo que sí es seguro es que en Francia reina un clima envenenado. (...) Las instituciones, y sus representantes, están en el punto de mira de los violentos. En marzo, el Consistorio de Nanterre. (...) El domingo, el presidente de la República. Son episodios con un desenlace diferente, pero son la manifestación de una fractura que más que social es política. (...) Los autores de tales hechos se creen héroes negativos, destructores del orden establecido. (...) Y tienen algo más en común: escogen a sus víctimas. Para explicar el resultado de las elecciones del 21 de abril se ha hablado (...) del malestar de ese grupo de personas que se siente incomprendido, olvidado, y en el que se encuentran obreros, artesanos, parados, y también muchos jóvenes. Ellos votaron más por Le Pen (...) que por Chirac o Jospin y la derrota del Frente Nacional no ha hecho más que reforzarles en su determinación. Sería equivocado no tomarse en serio el resurgir del extremismo entre las generaciones jóvenes. El fenómeno es difuso y sirve cualquier bandera, sea negra o roja. (...) La violencia política de los años setenta -Baader Meinhof, Brigadas Rojas, etcétera- estaba organizada y era ideológica. La de este siglo es más bien la violencia de los hooligans. Se expresa de forma individual, mitómana, y es la traducción de un malestar colectivo.

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