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Reportaje:

Lujo sin servicios

Los vecinos de la avenida de Francia de Valencia se quejan de que no hay colegios ni transporte público

La paradoja se ha instalado en la avenida de Francia, uno de los nuevos y lujosos barrios de Valencia. Los habitantes de las decenas de modernos edificios que se levantan frente a la Ciudad de las Artes y las Ciencias disponen de todo tipo de comodidades: jardines, piscinas, gimnasios e, incluso, saunas y jacuzzis, pero no tienen transporte urbano, ni colegios públicos. 'Es increíble que con la cantidad de gente que vive ya en la zona, todavía no tengamos estos servicios', dice un residente. Por todo ello, los vecinos han dado cumplida queja al Ayuntamiento.

Cuando se han levantado la mayoría de las 4.840 viviendas previstas en la zona -muchas de ellas ya habitadas-, el barrio sigue sin contar con los dos colegios públicos que se comprometió a construir PAU Avenida de Francia, la empresa promotora del polígono. Desde la oposición culpan de este retraso al Ayuntamiento que preside la popular Rita Barberá. 'Lo lógico hubiera sido iniciar la construcción de forma paralela a la de las viviendas, más aún cuando al Ayuntamiento no le cuesta un duro', asegura Rafael Rubio, portavoz del grupo municipal socialista.

La Administración afirma que tiene en su poder el proyecto para uno de los centros y que después del verano se adjudicarán las obras. 'La construcción se iniciará antes de que termine el año', apuntan desde la concejalía de Urbanismo. Respecto al otro colegio, la concejalía asegura que la promotora se liberó de la obligación, y que a cambio se comprometió a construir un conservatorio, cuyas obras están a punto de terminar.

Rubio critica la pasividad municipal: 'Desde 1996 podían haberle pedido a la promotora que comenzara la construcción de los colegios y no lo hicieron'. El concejal indica que ahora, hasta dentro de 'al menos un año', no estarán acabados los centros.

La empresa adjudicataria del polígono de viviendas se comprometió también a poner jardines y a la construcción de dos puentes. La promotora ha cumplido con lo convenido, salvo con la edificación de uno de los puentes, que uniría el centro comercial El Saler con la avenida de Francia. Y este puente es el origen de otro de los problemas que padecen los residentes de la zona: la falta de transporte público. En la actualidad tan sólo la línea 40 del autobús -que cruza desde la avenida del Antiguo Reino de Valencia hasta el inicio de la avenida de Francia- detiene su marcha en el barrio. Pero esta única parada no parece cubrir las necesidades de una incipiente población que crece a ritmo vertiginoso. 'Yo vivo a la altura de la calle de Menorca y tengo que caminar más de 15 minutos para llegar a la parada', cuenta Jesús, vecino de la zona. Otras paradas, como las de la avenida del Puerto, quedan igual de distantes.

Según la Empresa Municipal de Transportes (EMT), el servicio estaba previsto para cuando se terminara el puente, hoy todavía pendiente. 'Hay autobuses que circulan por el otro lado de la Ciudad de las Ciencias, pero al no estar construido el puente, no pueden girar y recoger a los viajeros de la otra parte del cauce', explica un responsable de la EMT. Un puente, que existe sobre el papel -diseñado por Santiago Calatrava, el mismo arquitecto que ha ideado la Ciudad de las Artes y las Ciencias- pero para el que no parece haber presupuesto. La promotora se obligó a costearlo pero con un tope de tres millones de euros, y el anteproyecto de Calatrava ronda, según Rafael Rubio, los 20 millones de euros. Ahora ni el Ayuntamiento ni la Generalitat quieren afrontar semejante desembolso. El puente se encuentra más que nunca en el aire.

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