Crecen las agresiones y se duplican las intoxicaciones alimentarias

Toxiinfecciones alimentarias y agresiones son los capítulos del balance sanitario que más aumentaron durante las fiestas de San Fermín de 2002, cuyo balance ha sido similar al de años anteriores. Juan Ramón Rábade, director general de Salud del Gobierno de Navarra, ofreció ayer el resultado final del dispositivo de urgencias establecido en sanfermines.

Un total de 855 personas requirieron atención médica. En 527 casos se trató de una atención hospitalaria (31 casos más que el año anterior) y en 328 fue extrahospitalaria, lo que supone que el ambulatorio General Solchaga, un centro sanitario muy cercano al lugar en el que se desarrollan los festejos, atendió un 38% del total de atenciones requeridas. Rábade destacó el éxito de ese cordón sanitario previo que ha permitido descargar de trabajo a las urgencias hospitalarias y filtrar sólo los casos de auténtica necesidad.

Los principales problemas de salud fueron los traumatismos por caídas y golpes (330 atenciones), heridas leves y cortes (194 casos), agresiones (85), intoxicaciones etílicas (50), intoxicaciones por consumo de drogas (26), toxiinfecciones alimentarias (34), politraumatismos (12) y heridas por arma blanca (4). No ha habido que lamentar ninguna muerte por estos conceptos. Bajo el epígrafe 'otras atenciones' se contabilizaron 120 casos más, entre ellos, la asistencia a una persona que se cayó de la fuente de la Navarrería, el deporte favorito de muchos anglosajones durante los sanfermines.

En comparación con anteriores, aumentan las agresiones (17 casos más) y de las toxiinfecciones alimentarias (de 17 a 34). El día de mayor actividad en los servicios de urgencias fue el primero de las fiestas, el sábado 6 de julio, con 170 intervenciones, por delante del domingo (138). Fuera del fin de semana, no se ha superado la barrera de las cien atenciones diarias.

Los portavoces de los grupos políticos del Ayuntamiento de Pamplona también se felicitaron por el buen discurrir de las fiestas y sólo denunciaron como hecho negativo los insultos a la alcaldesa, Yolanda Barcina, en la procesión del día 7 y la agresión con pintura contra la fachada municipal.Los pitidos y gritos contra UPN se reprodujeron ayer al término de la función religiosa de la Octava de San Fermín.