Precariedad laboral

Trabajo en la Universidad de Alicante. Desempeño el puesto de auxiliar de servicios. Mi trabajo es precario porque estoy contratada por una empresa de servicios y no por la Universidad. Junto a mi trabajan seis personas más en mi misma situación. Uno de mis compañeros comparte edificio con un auxiliar de servicios, funcionario de la UA, asimismo comparte tambien turno y realiza las mismas funciones, pero además trabaja los sábados y el funcionario no. Mi compañero cobra 80.000 pesetas al mes (menos de 500 euros) y el funcionario el doble. Ésta és solo por encima, nuestra situación laboral: trabajamos realizando las mismas funciones durante más horas y por la mitad del sueldo.

Pues bien, viendo que esta penosa situación laboral de agravio comparativo se prolongaba en el tiempo y que nadie ponía solución, nos decidimos a ser nosotros mismos quienes hiciéramos algo y comenzamos a escribir cartas al rector y al gerente de la Universidad explicándoles nuestra situación, ya que no podíamos creer que la Universidad permitiera que se diera lugar una situación como la nuestra y continuara ocupando conserjerías con personal como yo.

Conseguimos que pasados un par de años el equipo de gobierno tomara una determinación. Pedíamos que no se permitiera que siguiéramos en tal situación y que se le exigiera a la empresa que mejorara al menos en lo más básico nuestros derechos como trabajadores, y por supuesto, que al menos equipararan los sueldos. La Universidad llega a la conclusión de que realmente no podemos seguir en ésta situación y nos ofrece hacernos un contrato de seis meses prorrogable por otros seis como máximo. De ésta forma, se soluciona nuestra situación laboral, que sigue siendo temporal, y se termina con una contrata de servicios que ya está realizando la Universidad con trabajadores propios.

He de matizar que esta solución la ofrecía la Universidad como medida extraordinaria. Nos ofrece en cierto modo resarcirnos dándonos una salida digna en contraprestación a la situación tan precaria que padecemos. Tambien matizó que se debe cumplir un requisito: el Equipo de Gobierno comunicará su decisión a los sindicatos mayoritarios: CC OO y UGT, y ambos deberán estar de acuerdo. El primero, conociendo en profundidad nuestra situación penosa y sensibilizados con nuestro problema, no opone oposición alguna, sin embargo UGT, y a su cabeza Rafael Sirvent, lamentando nuestra situación, dice no.

Consecuencias: no nos contrata la Universidad; no equiparamos los sueldos; no mejoramos nuestras condiciones laborales; y continúa la privatización de servicios.

No nos podemos creer -y yo soy afiliada a UGT desde 1998- que un sindicato impida a un trabajador salir de una situación precaria. Decido hablar con UGT y con uno de sus representantes en la Universidad: Rafael Sirvent. La respuesta que obtengo es que no tengo derecho porque no soy funcionaria y no piensa ayudarme porque es ilegal. Ni tan siquiera Javier Cabo, delegado de UGT en Alicante, ha sido capaz de ayudarme o darme alguna otra explicación. De muy buenas maneras me despachó prometiéndome que me llamaría. ¡Muchas gracias UGT!

Tengo 29 años y un hijo de tres meses, esto no es empleo joven, esto es trabajo basura y UGT lo sabe. Lo sabe y lo consiente. Juzguen ustedes mismos.