Cuatro cubanos denuncian que fueron apaleados por policías cuando cenaban en un restaurante de Centro

Cuatro ciudadanos cubanos que estaban cenando el pasado 1 de enero en un restaurante de la calle del Arenal (Centro) han denunciado que fueron apaleados por policías de la comisaría de Centro. Uno de los comensales, Víctor González, que pertenece al Ballet Nacional de Cuba, tuvo que ser atendido en la comisaría tras caer desmayado por los golpes propinados por los agentes, siempre según la versión que ayer ofreció el Movimiento contra la Intolerancia. Dos de los denunciantes declararán mañana en el Juzgado número 41, que instruye el caso.

Sin embargo, la Jefatura Superior de Policía asegura que los cuatro hombres se negaron a identificarse cuando se les requirió la documentación en el restaurante y que uno de ellos lesionó, de carácter leve, a dos agentes cuando intentaban cachearlo.

Los hechos ocurrieron cuando los cuatro hombres, uno de ellos menor de edad, cenaban. De repente, según su versión, entraron unos 10 policías de paisano que habían recibido información de que los comensales eran supuestos delincuentes colombianos. Según el Movimiento contra la Intolerencia, los denunciantes 'fueron detenidos, esposados y golpeados en el restaurante'. Ya en comisaría, les agredieron y les insultaron gritándoles '¡colombianos de mierda!'.

González fue supuestamente trasladado a un cuarto donde fue golpeado intensamente hasta desfigurarle la cara y hacerle perder el conocimiento, siempre según su versión. 'A continuación, y mientras arrastraban a Víctor por el suelo sangrando por la boca y desmayado, a otro de sus compañeros detenido también lo golpearon y le dijeron que, si no hablaba, le pasaría lo mismo, causándole un esguince cervical', afirmó ayer Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia.

El herido fue atendido por una policía. Mientras recobraba el conocimiento, escuchó cómo un agente comentaba: 'Os habéis pasado. Como le ocurra algo, ya veréis lo que os va a caer'. Los detenidos quedaron libres a las 21.00 del día 2, tras comprobar que eran cubanos y acreditar sus profesiones: bailarín, neuropediatra, empleado de una empresa de publicidad y estudiante.

La Jefatura sostiene que los policías acudieron al restaurante y solicitaron a los cuatro comensales que salieran al recibidor para ser identificados y cacheados. Uno de los hombres se negó e insultó a los policías. A uno de ellos le propinó un empujón y un puñetazo. Tras ser reducido, cogió un cristal procedente de un vaso roto y cortó a un agente en una mano, según la versión de la Jefatura. Al final, los cuatro fueron y trasladados a comisaría, donde, tras prestar declaración ante sus abogados, fueron puestos en libertad con cargos por agresión a agentes de la autoridad.