Schumacher elige día y hora

Michael Schumacher va a ganar este Mundial cómo, cuando y dónde se le antoje. Eligiendo día y hora, como en la peluquería. Quizá lo haga en Francia, el 21 de julio, difícil reto éste, porque sólo lo conseguiría de forma matemática si gana y ni Barrichello, ni Montoya son segundos; pero quizá espere un poco más, una semana más, para hacerlo en Alemania, su casa al fin y al cabo, al calorcillo del hogar. Michael Schumacher, vigente y futuro campeón del mundo, va a ganar su quinto Mundial con la gorra, empeñado como está en que al añejo récord de Juan Manuel Fangio le quede un telediario.

Por aquello de que en Inglaterra llueve, y de que Silverstone está en Inglaterra, la carrera de ayer fue caótica para casi todos. El casi pertenece a Schumacher. Ahora se entiende por qué Juan Pablo Montoya y Ralf Schumacher, los pilotos del equipo Williams, le tienen pánico a la lluvia. Cuando el líquido elemento aperece, los neumáticos suelen dictar sentencia. Y, en ese sentido, visto lo visto, las escuderías que utilizan Michelín, caso de Williams, están vendidas. Ahí va un dato: de los siete primeros clasificados ayer, sólo uno, Montoya, llevaba Michelín. El resto usaban Bridgestone.

Pero, para heorica, la carrera de Rubens Barrichello, que a punto estuvo de despedirse antes de presentarse. Se dio la salida para la vuelta de reconocimiento y el Ferrari del brasileño, segundo en la parrilla, se quedó clavado. Consiguió arrancarlo a tiempo, pero la salida real tuvo que hacerla en el último puesto. poco más de hora y media después, Barrichello cruzaba la meta en segundo lugar, tras remontar 19 posiciones.

Encabezaba Montoya la caravana en la séptima vuelta, con Schumacher pisándole los talones, cuando comenzó a caer la lluvia. El colombiano aguantaba las andanadas del, por poco tiempo, tetracampeón, manteniéndose imperturbable pese a comprobar que el rey de reyes cada vez estaba más cerca, moviendo su coche de un lado a otro, en busca del hueco oportuno.

Apareció la lluvia y todos fueron entrando en los boxes para cambiar los neumáticos. Montoya lo hizo en 9,6 segundos; Schumacher, en el mismo tiempo. Peor le fue a su hermano Ralf, que tardó 23,2 segundos porque a un mecánico se le olvidó no se sabe dónde una rueda, en lo que fue el primer disparate de los muchos que ayer cometió el equipo Williams.

El caso es que en la vuelta 16 a Montoya, que partía por cuarta vez consecutiva en la pole position, se le fue el coche en una curva y Schumacher le rebasó sin mayores problemas. A partir de ahí el triunfo final dejó de discutirse. También el segundo puesto. Enseguida Barrichello imitó a su jefe y adelantó a Montoya. Por detrás, a David Coulthard le pasaba de todo, para mayor escarnio de su escudería, Williams. Se salió del asfalto en tres ocasiones, en una de ellas llevándose una señal por delante, hizo varios trompos, tuvo que entrar cuatro veces a los boxes... Convertido, por culpa del coche y de su equipo, en una copia de aquel personaje, Pierre No Doy Una, de los dibujos animados Los autos locos, el hecho de que Coulthard finalizara la carrera ya supone un éxito.

Como un éxito fue que Jacques Villeneuve y Oliver Panis, los dos pilotos de BAR-Honda, acabaran quinto y sexto respectivamente, estrenando su casillero de puntos, en una carrera frenética, con nuevo paseo, esta vez bajo la lluvia, de los Ferrari y con Schumacher (Michael) quedándose a un paso de conquistar su quinto Mundial. Ya puestos a batir registros, si logra el título en la próximo prueba superaría a Nigel Mansell y se convertiría en el piloto que ha sido campeón con mayor antelación. Mansell, en el 92, lo logró a cinco pruebas del final; Schumi lo haría a seis. Y quizá también le apetecezca al hombre apropiarse de ese récord.