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Deporte en equipo para recuperar autoestima

Teresa Silva, creadora de la Fundación También, es un ejemplo de voluntad. Gran amante del deporte, sufrió un accidente practicando parapente. Desde entonces sabe lo que le ocurre a una persona cuando se queda paralítica. La soledad del principio, la falta de ganas de luchar para ser casi como los demás, los obstáculos que la ciudad pone por el camino...

Para ella el deporte en equipo como el que se practica en la escuela de piragüismo, entre discapacitados y no discapacitados, no sólo sirve para poner a punto el cuerpo, sino también la mente. 'Recuperas autoestima porque te sientes capaz. La gente empieza a verte de otra forma, porque se da cuenta de que se pueden hacer cosas juntos. Y es que a veces las personas que sufren un accidente y pierden la movilidad se sienten muy solas'. Entre las cuatro paredes de un hospital y la rehabilitación, muchos discapacitados se abandonan. 'Incluso dejan a sus parejas, porque creen que éstas van a estar con ellos por pena', afirma Teresa. 'Hay personas discapacitadas que tienen el temor de ser molestos. Con el deporte te das cuenta de que no eres un paquete de nadie, que puedes hacer cosas de igual a igual'.

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Dos brazos para salir a flote

Carlos era novio de Teresa cuando ella sufrió el accidente. Ahora es su marido, y sabe bien a lo que se refiere su esposa. Incluso habla como si él también tuviera que vivir en una silla de ruedas. 'Los primeros meses estás en hospitales, en rehabilitación. Y eso es un mundo muy cerrado. Es muy duro empezar a enfrentarte a las calles, a tu casa, a las escaleras, a los coches aparcados en doble fila... A veces tus propios amigos no se dan cuenta de que hay sitios a los que tú no puedes ir. Por eso te tienes que acostumbrar a pensar el doble, saber a dónde puedes ir para tener autonomía, para no sentirte como una molestia'.

Carlos comparte la pasión de su mujer por el deporte, incluso por el adaptado. Ayer no practicó piragüismo, pero se pasó media tarde recorriendo el parque Juan Carlos I subido en una bicicleta con los pedales en las manos.

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