Los populares rebajan la tensión con CiU en espera del debate del estado de la nación

El PP aplicó ayer la política de mano tendida a Convergència i Unió (CiU) para rebajar el grado de tensión de la pasada semana. Mostró su disposición a asegurar la gobernabilidad en Cataluña, pero la supeditó a la actitud de los nacionalistas en el debate del estado de la nación, los próximos días 15 y 16. Ni el PP ni CiU -así lo reiteró ayer el secretario general de los nacionalistas, Josep Antoni Duran Lleida- tienen la voluntad de adelantar las elecciones autonómicas. 'El pacto que tenemos con CiU es tácito, de favorecer la gobernabilidad y yo espero que continúe', manifestó el ministro del Interior, Mariano Rajoy. El titular de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, se expresó en términos similares aunque demandó a CiU 'una mínima correspondencia de lealtad' a la mostrada por el PP.

Javier Arenas, secretario general de los populares, resaltó la relación 'fluida' que ha existido hasta ahora entre ambas formaciones y añadió que el PP prevé las elecciones en Cataluña en la fecha prevista, otoño de 2003. No obstante, aseguró que el 'periodo de reflexión' sigue abierto y se mostró muy crítico con Jordi Pujol, quien afirmó el domingo que en la actual coyuntura 'Cataluña tiene poca cabida en España'. Arenas recordó a Pujol que si Cataluña goza de mayor autogobierno es gracias al Gobierno del PP.

Los conservadores quieren recomponer sus relaciones con CiU por lo que no se descarta que Arenas mantenga en los próximos días contactos con el conseller en cap (consejero jefe), Artur Mas. La prueba de fuego de que la colaboración entre ambas formaciones ha recuperado la normalidad será el debate del estado de la nación. Los populares esperan un gesto de los nacionalistas y que se aprueben conjuntamente el mayor número de resoluciones posibles.

Discurso en positivo

Pero ayer, Duran, en la reunión de la ejecutiva de CiU, afirmó: 'No se puede desprender [que hay] una situación idílica con el PP, porque no es así, y habrá cambios'. Se refería al debate de los días 15 y 16 en el que anunció cierto distanciamiento del Ejecutivo central con la presentación de sus propias propuestas de resolución si bien no descartó apoyar las del PP. En cualquier caso, añadió que el discurso del portavoz, Xavier Trias, será en 'positivo'.

Duran afirmó que CiU se prepara para afrontar 'una nueva etapa política en Cataluña' sin mayoría parlamentaria pero subrayó que ni el Gobierno de Pujol ni la propia federación se plantean un adelanto electoral a no ser que la situación fuera ingobernable: si CiU perdiese contínuas votaciones en el Parlamento catalán.

Los socialistas catalanes consideran que un adelanto electoral 'sería bueno para Cataluña' porque acabaría con los tres años de agonía de CiU. Pero no confían en que se produzca porque, según señaló el portavoz Miquel Iceta 'CiU tendría que tener unas perspectivas de victoria electoral que las encuestas no le dan'.