Pilar Quirosa estrena la aventura editorial de Amoladeras con un cuento
La escritora almeriense nacida en Tetuán (Marruecos) Pilar Quirosa ha sido la primera firma en estrenar la aventura editorial del grupo almeriense Amoladeras, que ha presentado su libro El búho Crispín. Con una tirada de 500 ejemplares y la colaboración de la Fundación Unicaja, el cuento de Quirosa, acompañado de las ilustraciones del historietista Antonio Jesús Morata, emprende un reto editorial que persigue la ampliación a otros géneros literarios. El proyecto, además, viene auspiciado por la Asociación de Amigos del Libro Infantil (Alín) de Almería.
El búho Crispín, destinado a niños de 8 años en adelante, es la primera publicación infantil con sello almeriense editada en 2002. La apuesta de la autora y de quienes confiaron en el proyecto de Ediciones Amoladeras busca entretener y divertir a los niños 'sin aburrir' a los mayores. 'Existe una literatura infantil que no es sólo para niños. Está enfocada para el mundo de los adultos. Aunque parezcan sencillos, hay un contenido más profundo', apunta la autora.
Con una protagonista femenina, llamada Ana, y un personaje, el búho Crispín, que representa el elemento mágico, de fantasía y de imaginación, la escritora estructura las cuatro partes de una narración que hace guiños al mundo medieval de hadas y castillos sin dar la espalda al tiempo actual de abusos del prefijo súper en el vocabulario. 'Al niño de hoy se le bombardea con imágenes en televisión y con las series problemáticas de dibujos animados. Con el cuento trato de que el niño lector cuente con otros elementos fundamentales', apunta Quirosa. Entre esos elementos destaca especialmente su particular mensaje en torno a la guerra 'incivil' española que le tocó vivir al abuelo de la niña protagonista. El abuelo Conrado protagoniza 'sin quererlo' el episodio bélico, hecho que le vale al anciano para explicarle a su nieta la inutilidad de las confrontaciones bélicas. El asunto es capaz de intrigar a los pequeños lectores a través de las preguntas que obsesionan a la protagonista: 'Papá, mamá', inquiere Ana en uno de los capítulos, '¿por qué el abuelo lloraba cuando hablaba de la guerra? ¿Y por qué decía que había sufrido como un rojo? ¿Es que tenía fiebre? ¿O es que estaba enamorado y se ponía del color de la amapola?'.
Quirosa, que cuenta en su haber con otros títulos infantiles como La vida en un nenúfar, Bajo el cielo de Grisén, En el planetario, A orillas del Zambeze y La ciudad blanca, reconoce en el público infantil y juvenil un mundo 'más agradecido' que el de la poesía, género que también cultiva. 'La vida del libro infantil es mucho más prolongada que la de un poemario. Con un trabajo infantil vas a los colegios, charlas con los niños y te enriqueces de un mundo interior muy rico. Sólo por eso ya merece la pena', concluye la escritora.
El próximo proyecto infantil de Quirosa, coordinado por Alín, compartirá protagonismo con las también escritoras almerienses o afincadas en Almería Ana María Romero Yebra, Pura López y Concha Castro.
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