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Columna
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Carne fresca

Son cada vez más jóvenes, igual que las tenistas millonarias que muestran su esplendor sobre la hierba o la tierra batida de las pistas de Wimbledon o de Rolland Garros. Las hay, como en el tenis, de todos los colores: porcelanas eslavas o diosas negras. Claro que ellas no tienen patrocinadores; tienen chulos. Dejarse chulear por una multinacional de ropa deportiva o una famosa marca de refrescos, siendo la misma cosa, no es lo mismo. Todos estamos en el mismo gremio (todos nos alquilamos por dinero), pero lo de estas jóvenes es peor, más infamante para todos nosotros.

Seamos por una vez ingenuos. Abramos un periódico por la sección de anuncios (mostradores de carne). Allí podemos verlas. Están clasificadas, medidas y pesadas: colegialas, lolitas, carne tierna. Cada gramo de sus cuerpos tasado. El solomillo ibérico está esta temporada por las nubes, la carne de mulata se mantiene, baja el kilo de rusa. ¿Cuánto gana un periódico gracias a estas labores de alcahuete? ¿Supone algún problema de conciencia -si el periódico en cuestión es católico- la inserción de esta clase de anuncios? ¿Los respetables miembros de sus consejos de administración, intachables caballeros cristianos, se confiesan semanalmente por contribuir al opaco negocio de la prostitución?

Dejemos de ser ingenuos (ser ingenuo durante más de un párrafo puede ser peligroso) y hablemos de esa presunta red de prostitución de menores descubierta en Bilbao esta misma semana. Han detenido a cinco presuntos proxenetas que se dedicaban, siempre presuntamente, a importar carne joven de países del este de Europa y Suramérica. Sólo en la capital vizcaína, según un reciente estudio de Emakunde, hay 87 casas de putas en las que trabajan, casi en horario de oficina, más de 200 mujeres que jamás hacen huelga. Algunas viven en unas condiciones parecidas a las de un secuestro. Son invisibles. Las ves y no las ves cuando hacen cola en el supermercado. Las ves y no las ves en la sección de anuncios. Deben ser pura realidad virtual, igual que las tenistas, cada día más jóvenes.

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