Oportunidad africana
África ha disfrutado demasiado poco de los beneficios de la globalización sufriendo, en cambio, demasiados de los costes que conlleva. El futuro de este continente debe ser objeto de la atención que se merece en la cumbre del Grupo de las 8 democracias que se celebra esta semana en Canadá. Sobre la mesa habrá una propuesta africana de un nuevo acuerdo económico que podría empujar al presidente Bush, a los líderes de las otras siete naciones industrializadas y los presidentes de Suráfrica, Nigeria, Senegal y posiblemente Argelia más allá de los habituales discursos sobre cooperación.
La propuesta (...) se asemeja al plan de Bush para incrementar las ayudas directas norteamericanas. (...) Los países africanos se comprometerían a realizar elecciones libres, respetar los derechos humanos, mejorar la educación y la protección sanitaria y controlar sus finanzas. Los países occidentales enviarían más ayudas, se liberalizaría el comercio y se incrementaría la inversión privada. Deberían arbitrarse los mecanismos que controlaran y revisaran las actuaciones por ambas partes. Para tener credibilidad, los controladores deberían ser independientes del Gobierno. Los líderes africanos en particular se han excusado sus deficiencias unos a otros con excesiva frecuencia en nombre de la solidaridad africana. (...) Los líderes del G-8 necesitan tratar de estos temas con sus invitados africanos, aunque parece que únicamente George Bush parece estar inclinado a hacer tal cosa. También deben estar preparados para enviar amplios recursos a los países africanos gobernados con decencia.
Nueva York, 26 de junio
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