Bélgica rechaza procesar a Sharon por las matanzas de Sabra y Chatila
La ley belga de competencia universal no puede aplicarse a un supuesto genocida que se encuentre fuera del territorio de Bélgica, por lo que la querella contra el primer ministro israelí, Ariel Sharon, no será admitida a trámite. Esta decisión, tomada ayer en Bruselas por un tribunal de casación, limita la competencia de esa ley, única en el mundo, y de paso impide que prospere la veintena de denuncias presentadas en este país contra diversos dirigentes de todo el mundo. Israel recibió con alivio el cierre del caso, mientras que la acusación anunciaba que apelará la decisión.
La decisión judicial satisfizo las expectativas israelíes. En el terreno diplomático, porque, como dijo el embajador en Bruselas, Saul Amor, 'disipa los nubarrones que durante un año han enturbiado las relaciones bilaterales con Bélgica'. En el terreno legal, 'porque Bélgica podía convertirse en el juez del mundo sin ningún tipo de limitación, una competencia que corresponde a los Estados en su conjunto', según la abogada de Sharon Michèle Hirsch.
Israel dio ayer por cerrado el caso Sharon, pero lo cierto es que, aparte de la apelación anunciada por la acusación, la decisión de ayer siembra la duda de si Sharon podría ser detenido en caso de que visite Bélgica alguna vez. Los abogados defensores no se atrevieron a manifestarse sobre ello y alegaron que siempre apelarían a la inmunidad del mandatario.
Para la acusación y los portavoces del Palacio de Justicia, la sentencia de ayer no impide presentar otra querella aprovechando la estancia de Sharon en este país, lo que no entra en sus planes inmediatos, según advirtió el Gobierno israelí.
Oportunidad perdida
Para Amnistía Internacional y Human Rights Watch, ha sido una oportunidad perdida en el terreno de la justicia internacional y la persecución de los crímenes contra la humanidad. 'Es una catástrofe', dijo una portavoz de AI. 'La Corte Penal Internacional se va a instituir el próximo 1 de julio y los países deben seguir persiguiendo los crímenes contra la humanidad, no esconderse tras ella'. Para Human Rights Watch, la sentencia vacía de contenido la ley belga de competencia universal y lleva al fracaso el resto de las querellas presentadas en su nombre. De hecho, también ayer los jueces belgas desestimaron la querella contra cuatro ex mandatarios de Costa de Marfil.
El caso Sharon comenzó en Bruselas hace un año, cuando el Comité de Víctimas de Sabra y Chatila presentó una querella por las matanzas en ambos campos de refugiados de Líbano, en los que murieron entre 700 y 3.500 personas en 1982, cuando Sharon era ministro de Defensa y, presuntamente, dio su visto bueno a los asesinatos cometidos por las milicias libanesas. Dicha querella se presentó justamente después de condenar en Bruselas a cuatro ruandeses a los que se les aplicaba, por vez primera, la ley belga de competencia universal. Tal condena generó decenas de querellas contra varios mandatarios: desde el presidente de la Autoridad Palestina, Yasir Arafat, hasta el chileno Augusto Pinochet o el chadiano Hissène Habré.
Los jueces basaron su decisión de ayer en un artículo del Código de Instrucción Criminal que señala que para los crímenes no cometidos en Bélgica 'es necesario que los presuntos autores se encuentren en territorio del reino'. El artículo no clarifica más al respecto. 'Es una acrobacia jurídica', clamó ayer el abogado de las víctimas Luc Walleyn. 'Ese artículo se refiere sólo a una serie de crímenes y no puede afectar a leyes especiales como la de competencia universal'.
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