El amargo gran minuto de Ballack
El alemán salva a su selección con una falta que le supone una amarilla, que le deja fuera de la final, y en la jugada siguiente marca el gol
Como esos actores que se reservan un gran minuto en las peores películas, Ballack protagonizó el partido en dos acciones sucesivas. La primera, crucial para evitar un inquietante ataque coreano, le impedirá jugar la final; la segunda dio la victoria a Alemania. Todo lo demás no tuvo historia. A Ballack hay que reconocerle su importancia en una noche en la que había pasado desapercibido. Se le vio penar por todo el campo, intentando deshacerse de Yoo, cuya única misión era perseguirle hasta la ducha. No había manera de quitarse el pegote, con un notable grado de desesperación en el jugador alemán. Tampoco le sobraron recursos, ni al equipo, para arbitrar alguna fórmula para sacar ventaja del marcaje individual que sufría. No se distingue Alemania por su sutileza en estos aspectos, de ahí que su juego se empantanase ante la imposibilidad de conectar con Ballack.
'He soñado toda mi vida con la final de un Mundial y me la pierdo por esa dichosa falta'
Jugador con fama de intermitente, o de influir en el juego menos de lo que debiera, Ballack es sin duda un futbolista con unas condiciones excepcionales. Su estilo recuerda al de otros grandes centrocampistas alemanes, a Schuster y Netzer principalmente, por su tranco elegante y su manejo de las dos piernas. Sobre ellos tiene la ventaja de su poderío en el juego aéreo: es un cabeceador imponente. Por lo tanto, es un jugador completo que no termina de completar partidos. En todos los detalles se aprecia el tremendo futbolista que lleva dentro, pero todavía no ha dado el paso para dominar los encuentros como lo han hecho los más grandes.
En cualquier caso, las críticas sobre Ballack están fundadas en la realidad de su innegable categoría. Con 25 años, ha llegado a la parte central de su carrera, que se ha desarrollado íntegramente en el Bayer Leverkusen, aunque su origen se encuentra en la antigua Alemania Oriental. Como suele ocurrir en la Bundesliga, es casi imposible escapar al control del Bayern Múnich, destino final de la inmensa mayoría de los mejores futbolistas alemanes. La próxima temporada Michael Ballack jugará en el equipo bávaro, y puede que lo haga como campeón del mundo sin disputar la final.
Una falta necesaria le impedirá jugar el domingo en Yokohama. Tuvo que interceptar de mala manera el ataque más peligroso de los coreanos. 'He soñado toda mi vida con jugar la final de un Mundial y me la voy a perder después de dar la victoria a mi equipo, todo por esa dichosa falta', declaró posteriormente apesadumbrado.
Pero dice algo de su carácter la capacidad para levantarse sobre la frustración: un minuto después, Ballack se despegó por una vez de Yoo, acompañó por el centro la jugada de Neuville y sorprendió a la defensa coreana. Un típico gol de Ballack que le vale el paso a la final a los alemanes. Un gol que no le evitará la amargura.
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