Los ecologistas exigen restaurar en Tavernes el marjal de La Safor

Ecologistas en Acción ha pedido a la sala número 4 de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Comunidad Valenciana que el Ayuntamiento de Tavernes de la Valldigna frene los aterramientos del marjal de La Safor en su municipio, sancione a las empresas que están destruyendo el enclave húmedo y que restaure la zona a su estado primigenio. Los ecologistas sostienen que los aterramientos del marjal con escombros son continuos.

La Audiencia Provincial de Valencia absolvió en una polémica sentencia en diciembre pasado al propietario de una finca en el marjal y al gerente de una empresa que la aterró con escombros y lodos de mármol. Lo que para los ecologistas era una flagrante violación de la ley, la destrucción de un valioso enclave natural incluido en el Catálogo de Zonas Húmedas, para los magistrados no suponía un delito ecológico puesto que la destrucción de 50 hectáreas de humedal no había malogrado totalmente el ecosistema, un paraje de 1.295 hectáreas que afecta a cuatro munipios.

Vista la dificultad de defender el medio ambiente ante los jueces, Ecologistas en Acción exigió entonces al Ayuntamiento de Tavernes de la Valldigna que paralizara los aterramientos, sancionara a las empresas por la vía administrativa y que obligara a restaurar la zona. Según los ecologistas el Consistorio se negó, por lo que ahora han interpuesto un recurso contencioso-administrativo en la que exigen al TSJ que obligue al Ayuntamiento a salvaguardar el enclave.

En su demanda, los ecologistas alegan el gran valor ecológico del humedal esgrimiendo multitud de informes técnicos y definenden su carácter protegido amparados en numerosas leyes estatales y autonómicas, tanto de carácter medioambiental como urbanístico. Por eso creen que el Ayuntamiento incurrió en una omisión y en una desviación de poder al no suspender los aterramientos ni sancionarlos ni restaurar la zona.

Ecologistas en Acción cree que la sentencia de la Audiencia Provincial de Valencia y el retraso en más de siete años en aprobar el Catálogo de Zonas Húmedas están propiciando nuevos aterramientos en el marjal.