El Museo de Cerámica de Barcelona sufre la mala relación entre los ceramistas y el Instituto de Cultura

Mariette Llorens, hija del prestigioso ceramista Josep Llorens Artigas, colaborador de Joan Miró, retiró el pasado 5 de junio tres jarrones diseñados por su padre y que la familia mantenía depositados en el Museo de Cerámica de Barcelona. La decisión de la hija de Llorens es la primera manifestación clara del malestar existente entre los ceramistas catalanes y el Instituto de Cultura de Barcelona, del que depende el museo. El motivo de la discordia, por ahora, sólo es visible en el papel; dentro de unos años se verá como un gran edificio que dibuje el nuevo perfil de la plaza de las Glòries. El Ayuntamiento de Barcelona proyecta allí un gran centro dedicado al diseño donde se reunirían las colecciones de los museos de Cerámica, Artes Decorativas, Textil y de la Indumentaria, Artes Gráficas y Artes Aplicadas.

'La cerámica quedará claramente en inferioridad en el museo único de las Glòries y su colección, seriamente mermada', explica la hija de Llorens para justificar su actuación. 'La cerámica moderna debe entenderse como una obra única en la que se incluyen elementos escultóricos y no como una pieza de diseño industrial, a lo que quedará reducida si la colección se traslada al gran museo del diseño de Pedralbes', explica Josep Maria Paulí, presidente de la Asociación de Ceramistas Catalanes.

'La unidad de la colección se mantendrá y no se disolverá en absoluto. El nuevo museo no emperorará nada, sino que mejorará la colección y permitirá una lectura transversal sobre la evolución del diseño', les responde Jordi Pardo, que se encarga de redactar el proyecto museístico del futuro centro. Marta Montmany, directora del Museo de Cerámica, el de las Artes Decorativas y el de Artes Gráficas, contesta a las críticas de los ceramistas con un tono mucho más contundente: 'El Museo de Cerámica lo visitan cuatro gatos ; o se reforma o no tiene sentido. Los ceramistas ya saben que no se perderá la unidad de la colección con el traslado a Glòries, pero estos señores están empeñados en no creernos'.

El retiro de las piezas por Matiette de Llorens -'que no estaban depositadas al museo; las prestó para una exposición y no quiso vernir a recogerlas hasta ahora', aclara Montmany- no pilla, sin embargo, por sorpresa en otras áreas del museo, donde consideran que la colección contemporánea 'ha quedado seriamente mutilada' y reconocen que otras familias también se han puesto en contacto con el centro para retirar piezas que tienen depositadas allí. El miedo de los ceramistas ante este 'traslado fatal', explica el coleccionista Jordi Llorens, es la pérdida 'de una identidad propia y la distorsión de una de las colecciones más importantes de la cerámica contemporánea'. El museo expone piezas de Llorens Artigas, Picasso, Miró, Antoni Serra, André Methey y Xavier Nogués, colección que lo convierte, a juicio de los especialistas, en la colección de cerámica contemporánea más importante que se conserva en España. La Asociación de Ceramistas Catalanes ha mantenido en los últimos meses una serie de encuentros con la dirección del museo sin que se llegara a ningún acuerdo, 'por lo que no se descarta realizar actos de protesta más contundentes', afirma Paulí.