La explosión de un camión cisterna de gas causa un muerto y diez heridos en Tivissa
El accidente origina un incendio que afecta unas 200 hectáreas
La explosión del gas licuado de un camión cisterna que volcó en el municipio de Tivissa (Ribera d'Ebre) ayer a mediodía, causó la muerte del chófer y heridas de diversa consideración a diez personas, afectadas por la onda expansiva. Cuatro de estas diez personas son agentes de los Mossos d'Esquadra que estaban acordonando la zona. Las autoridades locales denunciaron la peligrosidad del tramo de la carretera C-44, con curvas muy pronunciadas, mientras que el consejero Xavier Pomés atribuyó a la suerte que el accidente se hubiera dado en una zona apenas poblada, aunque no pudo evitarse un incendio que hizo arder unas 200 hectáreas. La tragedia del cámping Els Alfacs volvía a estar en boca de todos.
El accidente sucedió a las 12.45 y, según explicó el consejero de Interior, Xavier Pomés, el chófer, que iba en dirección a Móra d'Ebre, se vio obligado a frenar bruscamente en una curva pronunciada y se le bloquearon los frenos, por lo que el camión fue bajando haciendo tijera con la cisterna hasta romper una valla y volcar. El chófer quedó atrapado en la cabina y se inició un pequeño incendio en el camión.
Los coches que le seguían, según relataron testigos presenciales, se fueron parando a unos 200 metros. Un Citroën Xara que circulaba en dirección opuesta tuvo que detenerse precipitadamente ante el vuelco de la cisterna. Sus tres ocupantes pudieron salir del coche sin problemas. El camión estuvo alrededor de 20 minutos incendiándose mientras llegaban los Mossos d'Esquadra y se hacían cargo de la situación acordonando la zona. El accidente obligó a la activación del Transcat (Plan de Emergencias para Accidentes en el Transporte de Mercancías Peligrosas), que no se desactivó hasta las cinco de la tarde.
Magda Bes, que iba en un vehículo detrás del camión, explicó que su marido, Xavier López, trató de ayudar a los mossos a retirar a los curiosos por la peligrosidad de la situación: 'Había gente que hacía fotos y se acercaba para verlo mejor'. Entonces, el combustible del camión explotó (algunos testigos aseguran que el primero que estalló fue el Xara, que habría provocado por simpatía la explosión de la cuba).
La deflagración fue enorme, una ola de calor llegó hasta la caravana de 30 coches parados y la onda expansiva tiró al suelo a quienes estaban más cerca. Otras personas, por las elevadas temperaturas generadas, sufrieron quemaduras de escasa consideración. En el CAP de Hospitalet de l'Infant fueron atendidos seis heridos leves, con quemaduras y ampollas causadas por el calor, entre ellos Xavier López, que tenía ánimo para bromear diciendo que era el nuevo responsable de tráfico de los Mossos d'Esquadra. Los cuatro mossos afectados, dos con heridas leves y dos con lesiones graves, recibían curas en el hospital de Móra d'Ebre. Pomés explicó que sus heridas no revestían gravedad y dos de ellos pudieron ser dados de alta por la tarde. El conductor, José Miquel N. P., de 42 años, atrapado en la cabina, murió en la explosión.
Al caos que siguió al accidente se sumó el incendio forestal originado por la deflagración y que ayer por la tarde afectaba a unas 200 hectáreas. La explosión fue de tal magnitud que el camión se partió en tres trozos y del Citroën quedó en pie únicamente la carrocería. Una hora después del suceso, de los restos más evidentes del camión, mezclados con trozos de asfalto que habían saltado, sólo quedaban una matrícula con fondo rojo, piezas retorcidas, el eje de las ruedas traseras y dos extintores, esperpénticas figuras en el alquitrán. Parte de la cisterna salió despedida con tal fuerza que voló unos 100 metros hasta destrozar el techo de una casita cercana, habitada por unos ingleses que se encontraban en el dormitorio recogiendo algo de ropa para marcharse de allí, tal como les habían ordenado los mossos. La cisterna se llevó una zona del techo, la puerta de entrada y parte de la cocina, y ellos pudieron salir corriendo, entre una nube de humo. 'Pensé que nos moríamos aquí', explicaba, compungida, Cindy Holsworth, quien aseguraba que no se quería marchar de España, informaba de que llevaba cinco años en la casita, que fue reformada -'no había ni luz ni agua'- y se preguntaba si la compañía responsable del camión, Transportes Ham (ubicada en Abrera, Baix Llobregat), se haría cargo de la reparación: 'Ninguna compañía de seguros cubre la posibilidad de que un camión aterrice en tu techo'. Curiosamente, Alan Holsworth llegó a España, 'buscando tranquilidad', como ex combatiente de la guerra del Golfo. Con lágrimas en los ojos, los Holsworth recordaban que se habían acostumbrado a ver accidentes en esa curva (en 1998, con otro camión involucrado), conocida como la del Catalanet, aunque nunca imaginaron 'algo así'.
Una curva peligrosa
A la peligrosidad de la curva se refirieron tanto el responsable de Protección Civil del Ayuntamiento de Tivissa, Xavier Pellisé, como el consejero de Interior, Xavier Pomés. Pellisé recordó que el accidente podía volver a producirse, teniendo en cuenta el volumen de camiones cargados con materias peligrosas (que se dirigen hacia la factoría de Ercros de Flix) que pasan por la carretera. Pomés fue más cauto y, aunque aseguró que 'esto recuerda a Els Alfacs' (donde en 1978 murieron 150 personas por la irrupción en el cámping de este nombre de un camión cargado de butano), explicó que un accidente de estas características debe ser analizado antes de tomar medidas. La Generalitat abrirá una investigación sobre lo sucedido y, a última hora de la tarde de ayer, las autoridades se centraban en la evolución del fuego, que se esperaba tener controlado antes del anochecer, dependiendo de si se levantaba viento en la zona. Un total de 5 helicópteros, 2 hidroaviones (llegados de Mallorca y Albacete) y 32 vehículos terrestres estuvieron trabajando durante todo el día. En el operativo total trabajaron, además de mossos y bomberos, agentes de la Guardia Civil y ambulancias de la Cruz Roja.
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