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Reportaje:

El encierro como 'souvenir'

La protesta de los inmigrantes en la Universidad Pablo de Olavide se convierte en un atractivo turístico más de la cumbre

Mediodía del viernes. Los 423 inmigrantes que llevan 12 días encerrados en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla reclamando que el Gobierno regularice su situación en España se despiertan sobresaltados y, sobre todo, extrañados. Dos docenas de ciudadanos griegos que han acudido a Sevilla a participar en los actos alternativos de la cumbre europea irrumpen, con mucha educación, eso sí, en el pabellón cubierto en el que desde la medianoche del viernes los encerrados secundan una huelga de hambre que, premeditadamente, han hecho coincidir con los dos días de duración de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea.

La estampa no difiere mucho de la que en un día ordinario se puede encontrar por las calles del centro de Sevilla: cámara de foto en ristre, sandalias con calcetines y un afán desmesurado por fotografiar cualquier cosa merecedora de engrosar su ya abultado álbum de fotos.

Los inmigrantes, aturdidos por el brusco despertar y los fogonazos de las cámaras, accedieron tímidos a posar para las fotografías que les requerían. Y si la sorpresa fue grande para los encerrados, más lo fue para los grupos de apoyo que les ayudan, que se vieron asaltados mientras preparaban lo que fue su primera comida del día: una garrafa de cinco litros de agua mezclada con la dosis pertinente de suero fisiológico. Este brebaje será el único alimento que ingieran durante sus dos días de huelga de hambre, aparte de los medicamentos que algunos han de tomar para paliar las molestias instestinales o alérgicas que les han provocado los días de encierro.

'Aquí en el pabellón cubierto aguantaremos hasta que el calor nos lo permita', aseguraba Dichou Rabah, portavoz de los encerrados, algo inquieto por la inesperada visita de los griegos y por la reforzada presencia de medios de comunicación extranjeros desplazados hasta el encierro para informar sobre la situación de los inmigrantes.

'Papeles para todos. Delegación griega del Foro Social de Sevilla'. Éste era el lema con el que se presentaron en el campus universitario los visitantes griegos, miembros de un grupo denominado Acción Internacional.

Pero, ¿cómo consiguieron los griegos burlar la vigilancia policial que desde hace 12 días controla el acceso al campus? 'En autobús de línea desde el mismo centro de Sevilla', comentaba indignado un miembro de la seguridad privada de la universidad, sorprendido por las facilidades que habían encontrado estos turistas solidarios para acceder al campus mientras que los estudiantes han tenido que soportar varios días de exhaustivos controles. 'Esto es indignante. En un par de años, como esto siga así, van a aparecer agencias de viajes que organicen tours solidarios para turistas comprometidos', se quejaba Raquel, una estudiante sevillana recién llegada de Italia para participar con un grupo de amigos en los actos alternativos de la cumbre europea. 'Vámonos de aquí, que en la Torre del Oro van a tomar simbólicamente el río', le espetaba una compañera.

Una vez que los griegos saciaron su sed de recuerdos gráficos, los inmigrantes se centraron en recuperar la que desde hace 12 días es su tarea diaria: organizar el buen funcionamiento del encierro. Pero con una tarea añadida: empezar a recabar los datos de todos los encerrados para que el Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, analice caso por caso su situación y pueda negociar con el Gobierno central soluciones individuales para todos ellos.

'Antes de eso tenemos que conseguir el suero suficiente, porque necesitamos 500 litros diarios', explicaba otro de los portavoces de los encerrados, al que tranquilizó un miembro de los grupos de apoyo cuando le comunicó que la Diputación de Sevilla se había comprometido a donarlo.

Un grupo de inmigrantes de los encerrados en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla.
Un grupo de inmigrantes de los encerrados en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla.PÉREZ CABO

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