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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Otro Chile

Maestro indiscutido de la novela breve, Luis Sepúlveda (Ovalle, Chile, 1949) recupera en forma de libro este folletín que revisa la realidad chilena en los estertores del siglo XX. Lo fácil, tratándose de un relato por entregas y teniendo como protagonista a un detective mapuche llamado George Washington Caucamán, hubiera sido recurrir al clásico centón donde los lugares comunes remiendan los descosidos de la premura periodística y la obviedad política, pero Sepúlveda -defensor tenaz de la memoria frente a la lógica del exilio y de la transición a la democracia, versión Boldos cane- se ha obligado a esculpir una pieza compacta y repleta de la mejor literatura. Zanjando de paso cualquier polémica sobre la legitimidad del entretenimiento frente a calidad (pues derrocha ambas cualidades, aparte de un vitriólico sentido del humor), el autor de Un viejo que leía novelas de amor traza un robusto argumento policiaco que se lee en lo que se fuma una buena labor de tabaco y proporciona idéntica intensidad en los placeres: los personajes -como Anita Ledesma, la taxista madura y guerrera-, las situaciones -como la captura de unos cuatreros a perdigonadas, donde el hijo de un general 'tendrá que conseguir un donante de culo para volver a sentarse'- y los diálogos convocan un mar de referencias para comprender la viciada normalidad de un país en el que torturadores y víctimas continúan viéndose desigualmente las caras.

HOT LINE

Luis Sepúlveda Ediciones B Barcelona, 2002 94 páginas. 11,50 euros

Heredero de la épica andi

na con la que Agapito Robles devolvió la dignidad a los desheredados de la tierra, Caucamán se ve obligado a descabalgar su Pampero y trasladarse a la capital (donde 'hacen nata los hombres rencorosos') para investigar delitos sexuales, destino en el que no tardará en darse de bruces con una intriga netamente política. Urbana sin renunciar al poderoso aire de la Patagonia, la novela es un perfecto análisis del arquetipo negro en el oscuro marco del esmog que arrastra el Chile actual. El eco de las torturas y el dolor de las heridas abiertas en la sociedad post (es un decir) pinochetista obliga a Sepúlveda a apostar fuerte por un tipo de literatura que es, de paso y sobre todo, una creencia; como si, contra todo pronóstico, fuera posible otro Chile.

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