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Una mujer acusa a tres cirujanos de causarle una parálisis en un pie

La fiscal pide la absolución de los médicos al creer que no está probada una 'negligencia'

Los hechos ocurrieron el 21 de febrero de 1991 en el hospital Doce de Octubre de Madrid. Eugenia Albarrán, que entonces tenía 57 años, necesitaba ser intervenica quirúrgicamente para extraerle un carcinoma de endometrio, pero estuvo a punto de perder la vida por culpa de una hemorragia interna. Los médicos tenían que extirparle el útero y los ovarios, pero tres de las venas que rodean la zona pélvica (la vena vesicular, la uterina y la ilíaca exterior) no paraban de sangrar. No sólo eso. La hemorragia provocó una falta de riego sanguíneo en una de las ramificaciones del nervio ciático y la mujer ha quedado con su pie izquierdo paralizado.

En el juicio, celebrado ayer, la Audiencia Provincial trataba de averiguar las causas que provocaron la hemorragia y si los ginecólogos que operaron a la paciente -María Luisa P., José Miguel S. y Pilar M.- incurrieron en algún tipo de negligencia.

Una de las cirujanas, Pilar M., negó haber cometido ningún error en la intervención, ya que, aseguró, la manipulación de las venas que resultaron dañadas era necesaria. 'Trabajamos en un campo muy pequeño, como es la zona pélvica, donde cualquier instrumento quirúrgico puede causar una lesión', explicó. La doctora agregó que este tipo de heridas en las venas 'suelen ser frecuentes cuando se interviene en zonas plagadas de vasos sanguíneos'.

Esta versión fue confirmada por los peritos forenses. 'Todo daño colateral derivado de una intervención no puede interpretarse como una negligencia, ya que hay lesiones provocadas por la peligrosidad que entraña la propia intervención', matizaron. Recalcaron, incluso, que 'una hemorragia similar afectó hace pocos días a una joven de 18 años'.

La declaración de los forenses hizo que la fiscal no confirmara su petición inicial de un año de cárcel y de inhabilitación profesional para los tres acusados. Por contra, solicitó al tribunal la absolución de los médicos, por entender que 'no queda acreditado tal caso de negligencia'. Por su parte, la acusación particular mantuvo sus peticiones iniciales de un año de cárcel y de inhabilitación para los tres médicos y se quejó de que las declaraciones efectuadas por los peritos forenses fueran 'corporativistas'.

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