Andar sobre aguas en movimiento
El ministro francés Robert Schumann, al igual que Jean Monnet y antes Aristide Briand, es uno de los estadistas que más ha influido en la idea de una Europa unida. En su histórica declaración de marzo de 1950, mantenía que 'Europa no se hará de golpe ni en una constitución de conjunto; se hará mediante realizaciones concretas, creando primero una solidaridad de hecho'.
Con una gran capacidad intuitiva, Schumann profetizó una evolución muy similar a la que se viene realizando de forma paulatina. Siempre fue difícil, no ya diseñar sino incluso imaginar un marco político europeo que surgiera desde una Constitución como punto de origen. Sin embargo la vía lenta de hechos concretos hacia la integración está resultando mucho más rápida de lo que pudiera pensarse en un principio.
¿Podría alguien haber adivinado hace apenas unos años que íbamos a movernos hoy día por Europa sin necesidad de controles fronterizos, sin pasaportes y utilizando la misma moneda? Posiblemente a nuestros hijos les resultará verdaderamente difícil imaginar cómo en los años 80 del siglo XX los europeos viajaban de un país a otro cambiando divisas y previa la presentación de su documentación y sin duda se preguntarán cómo nos entendíamos con tamaña complejidad; posiblemente tan difícil como resulta a nuestra generación concebir el régimen de fielatos que conocieron nuestros antepasados recientes.
Efectivamente, Schengen y Maastricht han sido dos hitos fundamentales en la senda evolutiva de Europa y en el proceso de convergencia de los diferentes intereses nacionales hacia un único interés supranacional. Esta evolución hacia la integración está siendo, y va a seguir siendo, una constante en prácticamente todas las áreas.
¿Pero cómo se está concretando este proceso de integración en el ámbito del espacio europeo de libertad, seguridad y justicia? A mi juicio, el avance está siendo igualmente más rápido de lo previsto. Hace unos pocos años se hablaba de 'imposibilidades' ya que se preveía necesaria una unificación de legislaciones penales y procesales, nacidas de sistemas jurídicos completamente diferentes. Hoy sabemos que la integración es asimismo posible con pequeños, pero constantes e irreversibles, avances.
No cabe duda de que un punto de inflexión importante ha sido la preocupación común por el terrorismo y sobre todo los atentados del 11 de septiembre. Y ello pese a que desde el mundo del pensamiento ya se había alertado de este potencial conflicto. Anthony Giddens, por ejemplo, había anunciado que 'el campo de batalla del siglo XXI enfrentará al fundamentalismo con la tolerancia cosmopolita'. También Bruce Hoffman llamó la atención sobre este peligro.
¿A qué avances me refiero pues? Básicamente a aquellos que tienen un correlativo inmediato con posibles medidas para luchar contra el terrorismo. El Plan de Acción de la Unión Europea contra el Terrorismo, aprobado en el Consejo Europeo extraordinario de jefes de Estado y de Gobierno de 21 de septiembre de 2001, responde a esta necesidad; los objetivos de la presidencia española, también. El reforzamiento de Europol, Eurojust y la Task Force de Directores de Policía, la decisión marco de definición del terrorismo, el clearing house (o lista de terroristas más buscados), la creación de los equipos conjuntos de investigación, la aprobación de la orden europea de busca y captura, el reforzamiento de fronteras exteriores, no son sino algunas de las medidas acordadas en los últimos meses.
Sin embargo, en Europa no sólo existe la amenaza del terrorismo; la realidad delictiva europea se refiere también al crimen transnacional y a los mal llamados pequeños delitos que repercuten directamente en la calidad de vida de los ciudadanos y que en muchas ocasiones presentan interconexiones evidentes. Pese a no ocupar ningún titular, hay que decir que los avances en este terreno también se están produciendo aunque de manera más tímida.
Así, durante este semestre en que ocupa la presidencia de la Unión Europea, España ha propuesto e impulsado en varios foros, una serie de medidas sencillas que posibiliten -en definitiva- mayor efectividad en la lucha contra todo tipo de delitos.
Destacaría entre ellas las tendentes a compatibilizar los diferentes bancos de datos policiales a nivel europeo, la propuesta de priorización en la investigación de determinados delitos o la de desburocratizar Europol precisamente en búsqueda de una mayor eficacia operativa.
Medidas que pueden asumirse en breve, lo que repercutirá sin duda en un avance importante en la operatividad policial y que, a la postre, supondrá una mayor seguridad de los ciudadanos y por ello una mejora en su calidad de vida.
Con todo, pienso que existe un intangible, del que no se habla en los documentos oficiales, y que sin embargo representa aquello que más debe unir a los responsables europeos; me refiero a la convicción de que toda política pública de seguridad debe contar con un adecuado equilibrio entre justicia, libertad y seguridad.
Precisamente, esa debe ser la esencia cuya concreción definió perfectamente alguien tan alejado al mundo de la política como María Zambrano al manifestar que 'la sociedad será tanto más segura cuanto más justa y libre sea. La preocupación por la justicia y la libertad es el más eficaz esfuerzo en pro de la seguridad ciudadana. Aunque no debe olvidarse que el verdadero sentimiento de la seguridad vital no se refiere a nada estático, la imagen que le es más adecuada es la de andar sobre las aguas en movimiento'.
'Andar sobre las aguas en movimiento', creo que con esta expresión metafórica se transmite la sensación -y el reto- de muchos responsables públicos ante los problemas que plantea la seguridad ciudadana: es preciso caminar, avanzar con decisión, pero el suelo no sólo no es firme sino que son 'aguas en movimiento'.
Si no perdemos ese equilibrio esencial, también en el ámbito de la seguridad, auguro que el proceso de integración europeo será mucho más fácil y rápido de lo que hasta hace poco tiempo se podía pensar. Ahí, en el éxito de esta integración, radica parte importante de la esperanza del futuro de Europa basada en aquella 'solidaridad de hecho'. Como vemos Robert Schumann, 'profeta político' no suficientemente ponderado, acertó plenamente en su vaticinio.
José Vicente Herrera Arrando es asesor ejecutivo para Asuntos Internacionales del Ministerio del Interior.
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