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La tomografía por emisión de positrones revela que los fumadores jóvenes ya sufren daño coronario

La tomografía por emisión de positrones (PET), una prueba diagnóstica que genera imágenes sobre el funcionamiento de un órgano o tejido, permite visualizar un daño coronario incipiente en jóvenes fumadores que según otras pruebas parecen sanos, de acuerdo con un trabajo presentado en el 49 Congreso Anual de la Sociedad de Medicina Nuclear (SNM) de EE UU, celebrado en Los Angeles.

Investigadores de la Universidad de Hokkaido, en Sapporo (Japón) han presentado los resultados obtenidos en un estudio comparativo de fumadores crónicos y no fumadores de edades comprendidas entre los 18 y los 35 años. El examen con PET del flujo sanguíneo del miocardio ha indicado que los fumadores experimentaban una reducción en la capacidad de respuesta de las paredes arteriales a sustancias vasodilatadoras.

Se sabe que el tabaquismo crónico altera la respuesta endotelial vascular coronaria, pero estudios como éste indican que el daño comienza mucho antes en la vida del fumador de lo que se creía. El riesgo de morir por una enfermedad de las arterias coronarias es más de seis veces superior en los fumadores que en los no fumadores, y el descenso en la respuesta a los vasodilatadores es uno de los factores que conduce a un estrechamiento de las arterias y a un posterior ataque cardiaco o cerebral.

Por otro lado, según un estudio publicado en el número de junio de la revista Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine, un tercio de los adolescentes no fumadores puede empezar a fumar debido a factores de riesgo como los artículos de promoción del tabaco, la publicidad y la compañía de fumadores.

De acuerdo con los resultados de los investigadores, 'de todos los adolescentes no fumadores, el 32% son propensos a empezar a fumar (nunca han fumado pero podrían) y, entre ellos, los adolescentes más jóvenes, de 13 y 14 años, tienen casi tres veces más probabilidades de empezar a fumar que los adolescentes de más edad. Las chicas tenían un 50% más de probabilidades que los varones de adoptar el hábito. Además de la exposición a otros fumadores, el tener a mano artículos de promoción relacionados con el tabaco o el deseo de tenerlos, un anuncio de cigarrillos favorito, faltar a clase, el mal rendimiento en el colegio y la falta de participación en actividades religiosas estaban asociados con un aumento del riesgo de adoptar un hábito continuado'.

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