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Columna
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Nuestro pequeño mundo

El 30 de diciembre de 2001, el Gobierno se felicitó por el compromiso entonces alcanzado entre sindicatos y patronal: 'La firma del acuerdo transmite una señal de confianza firme en la superación de la coyuntura económica' (El pacto de sindicatos y patronal facilitará la paz social en 2002, EL PAÍS).

Pero trece días antes, el 17 de diciembre, el ala contestataria del sindicato comunista Comisiones Obreras había denunciado que las negociaciones se desarrollaron de manera clandestina, sin información y debate entre los afiliados (El sector crítico de CC OO cuestiona el pacto con la patronal, EL PAÍS).

Pasaron cinco meses. El 28 de mayo de 2002, comentando la inminente huelga general que tendrá lugar en toda España pasado mañana -20 de junio- en protesta contra el Decreto-Ley 5/2002, que modifica sin debate parlamentario alguno el Estatuto de los Trabajadores, la Ley de Procedimiento Laboral, la Ley General de Seguridad Social y la Ley de Infracciones y Sanciones en el orden social, y que desampara a los trabajadores frente a la patronal, el secretario del PSOE dijo que su partido no desea paralizar el país, pero que el Gobierno se lo ha buscado (Zapatero hará campaña contra el 'decretazo', EL PAÍS).

Sin embargo, ese mismo día aquí todo iba bien y el presidente Zaplana lo celebró así: 'Hoy se cumplen siete años del 28 de mayo de 1995, una fecha muy importante, en la que la Comunidad Valenciana dio un vuelco desde el punto de vista electoral, y en la que el Partido Popular asumió por primera vez la responsabilidad de regir los destinos de esta Comunidad. (...) Los resultados de siete años de Gobierno del Partido Popular están a la vista. Un crecimiento económico sostenido, sensiblemente superior a la media española y europea...', etc. (Seguir avanzando, EL PAÍS-Comunidad Valenciana).

Pero al día siguiente, 29 de mayo, Joaquim Puig, portavoz del Grupo Socialista, opinaba lo contrario: 'La realidad es que los valencianos, hoy, somos más desiguales que hace siete años, los ricos son ahora más ricos, y los pobres, más pobres' (La oposición dice que Zaplana celebra siete años de 'absolutismo' que han generado más desigualdad, EL PAÍS-Comunidad Valenciana).

Al poco, el 4 de junio, fustigando en Internet el reciente congreso del Partido Comunista del País Valencià, caracterizado por la ausencia de debate político, el rechazo a la autocrítica y la subordinación a las cúpulas sindicales pactistas, Juanjo Llorente afirmó: 'La actual reactivación de la lucha de clases, en una coyuntura marcada por la proletarización creciente de la mayoría de capas y segmentos de población, por la desregulación de las relaciones laborales y por la pérdida de derechos y conquistas sociales, justifican como nunca la necesidad de un partido de clase que luche por el socialismo manteniendo la independencia política respecto a la burguesía y sus aliados' (www.rebelion.org/opinion/llorente030602.htm).

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Por último, el 6 de junio, leí la siguiente reflexión en el foro internético francés de Attac: 'Los sindicatos están ahí para representar a los asalariados contra la patronal. Los partidos políticos están ahí para aportar a las masas la felicidad. Mientras tanto, los patrones se carcajean escuchando la cacofonía y se organizan para engañarnos mejor'.

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