El ejemplo de 'El Bola'

El Bola no sólo es la película con la que su director, el actor Achero Mañas (Madrid, 1970), se consagró definitivamente como realizador (además de otros galardones en diversos festivales, consiguió cinco Goyas en la edición de 2001). Tampoco supone sólo el lanzamiento de un actor que sonríe con los ojos y que entonces tenía 12 años, Juan José Ballesta. El Bola es un instrumento, un valioso material con el que ha contado la asociación Irudi Biziak este curso escolar 2001-2002 para realizar su programa de prevención de drogodependencias.

La asociación existe desde 1985 en Bilbao, pero al principio su pretensión era abarcar varias asignaturas: historia, filosofía, ética e historia del arte. Manuel Haba (nacido en Madrid pero afincado en Bilbao desde hace más de tres décadas) ha sido el promotor de esta idea que utiliza el cine con fines didácticos.

Desde hace 12 años, la actividad de Irudi Biziak se centra en la prevención de drogodependencias. 'Leímos una entrevista en un periódico con el entonces director de Bienestar Social en el que se hablaba de la prevención en adolescentes de las drogodependencias y vimos que con nuestras herramientas podíamos trabajar en ese terreno', dice Haba. Cada año presentan su programa a un concurso público del Gobierno vasco para poder llevarlo a cabo. Este curso han participado 40.000 alumnos desde primaria a bachillerato.

'Atendemos a 45 municipios de Euskadi, más diez en Cantabria y dos en Asturias a los que el próximo año se sumará Gijón' afirma Haba. Además de él, componen Irudi Biziak Isabel Peña, socióloga y máster en drogodependencias; Octavio González, licenciado en empresariales y cinéfilo, con un curso de dirección de cine hecho, y Jesús Castroviejo, cinéfilo. En total, cinco personas fijas, 'más otras cuatro contratadas en el periodo escolar y aquellos que componen el equipo didáctico'.

¿En qué consiste la prevención de drogodependencias a través del cine? Desde luego, no en mostrarles a los chavales películas que reflejan la vida de los toxicómanos. 'La prevención se realiza aumentando la autoestima', incitando a la comunicación, a través de otros problemas, de situaciones en las que los adolescentes puedan sentirse identificados.

'Este año hemos tratado el tema de las influencias, que da mucho de sí. Lo vamos a seguir tratando el que curso que viene. Las influencias, tanto positivas como negativas, vienen desde cuatro direcciones: los iguales, los ambientes, estilos de vida y adultos cercanos', comenta Haba. Se trata de trabajar 'la identidad personal'.

Guía didáctica

Hay tres programas distintos: uno para primaria, otro para los tres primeros cursos de secundaria obligatoria, y el tercero para 4º de ESO y bachiller. Cada programa se compone de cinco películas (dos en el primer trimestre, dos en el segundo y una en el último).

'Los chavales van al cine, se les hace una presentación y luego ven la película'. Después, en clase, trabajan con un cuadernillo. El profesor dispone de una guía didáctica. 'El cine tiene la capacidad, que el vídeo no tiene, de establecer una vinculación entre la pantalla y el espectador. El cine te hace participar. Te proporciona una predisposición anímica que ayuda para trabajar luego sobre cualquier tema, en este caso, la prevención', indica Haba. Gracias a eso, a esa vinculación que se establece con los personajes, es 'fácil' que un chico se abra, que transmita sus problemas.

'El mecanismo de transmisión sólo funciona en cine', dice Haba, pero a ese mecanismo hay que ayudarle. Las guías didácticas y las actividades para los adolescentes facilitan el acercamiento, la comprensión. La elección de las películas es concienzuda. 'Es importante que tengan toques de humor, que desdramaticen las situaciones', apunta Haba.

Una encuesta que rellenan profesores y alumnos a final de curso aporta un balance positivo de la experiencia. 'El 75,58% de los alumnos piensa que el programa les ha planteado muchos temas que les han interesado y nueve de cada 10 quiere seguir con el programa el próximo curso'.