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MÚSICA EN 7D

Mónica Molina y Raimon cierran Madrid En Canto

Estopa lleva la rumba rockera de su segundo disco a la emblemática plaza de Las Ventas

Finaliza el ciclo Madrid En Canto con la dulzura de Mónica Molina y el compromiso de Raimon, dos voces casi antagónicas. Mientras, el cante grande de José Menese se acerca a Pozuelo, que vive una nueva edición de Escénica, un encuentro cultural con la ópera, la canción, el teatro y la danza. Los triunfadores Estopa se hacen grandes en Las Ventas al tiempo que los bares pequeños siguen apostando por el talento emergente: Juan Rivas, El Bicho o Los Ulises.

Las visitas internaciones de relumbrón pasan por Gómez, Dream Teather, trasladado a La Riviera, o A-Ha, otro grupo que contribuye a la nostalgia por los ochenta.

El trío noruego A-Ha busca recuperar su éxito de los años ochenta

- Estopa y los demás. David y José Muñoz, los dos hermanos que forman el dúo Estopa, desembarcan con toda la artillería de su rumba tamizada por el rock en la plaza de toros de Las Ventas, un recinto que aún no conocían, al menos como protagonistas. Es el reconocimiento a tres años frenéticos en los que han pasado de la nada al éxito a base de sudor, canciones que conectan y altas dosis de campechanería y buen rollo. D'estrangis, su segundo disco, ha confirmado las buenas expectativas que despertaron con su debú. Estopa no sólo ha triunfado en España; también en México, donde acaban de estar por tercera vez y son ídolos. En España tienen que lidiar ahora con la competencia de OT, aunque su propuesta musical tiene una diferencia sideral con la de los muchachos televisivos.

Mientras ellos llenan una plaza de toros tan emblemática como la de Madrid, un buen número de artistas hace su guerra por los bares de la capital. El gallego Juan Rivas presenta en solitario su invento electro-latino plasmado en su debú discográfico, Devenir del paraíso, adivinado cuando formaba parte del grupo Estereocéano; el pop de los extremeños Ulises cuenta con el padrinazgo de Nacho Campillo, de Tam Tam Go!; El Bicho sigue sorprendiendo por su soberbia adaptación de los ecos flamencos a los nuevos tiempos; Pantasma sobrelleva su inclasificable propuesta de estilos tan variopintos como las fanfarrias balcánicas o los ritmos caribeños, y Andy Chango sigue llevando a sus amigos para cantar juntos sus disparatadas y psicotrópicas canciones.

- La emoción de una canción. Con el valenciano Raimon no queda más remedio que recordar una época que estos días vuelve a resurgir. Sus canciones, entre las de muchos otros, pusieron música al fin de la dictadura franquista y a la transición. Con él se cierra Madrid En Canto, un ciclo que hace poco más de un mes inició Ismael Serrano, un cantautor más joven al que se le nota haber escuchado muchas veces canciones de Raimon como Al vent, Diguem no o Yo ving d'un silenci, que su autor rememorará ahora.

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Pero hay otros caminos para llegar a la emoción, como el que recorre Mónica Molina a cuenta de su exquisito buen gusto para enfrentarse a una canción. Toda dulzura y sencillez, Mónica Molina se ha confirmado en Vuela, su segundo disco, como una de las grandes damas de la música española por encima de modas y tendencias y fenómenos mediáticos.

En Pozuelo Escénica 2002, el cante de José Menese también transmite sentimientos, como las canciones -aunque en un estilo radicalmente distinto- del zaragozano Ángel Petisme.

- El metal cambia de sala. La visita a Madrid de Dream Teather, uno de los grupos del panorama internacional que han renovado el heavy metal, no ha conseguido la expectación necesaria entre los seguidores del género, y su concierto en Vistalegre se ha tenido que trasladar a la Riviera, con menos aforo. Sin embargo, cualquier lugar es bueno para disfrutar de la contundencia de su disco Six degrees of the inner turbulence.

A pesar del nombre, Gómez llegan de Inglaterra con una propuesta muy sugerente. De los inicios como grupo de pop sencillo, ha pasado a la electrónica. Su último disco, que sirve de excusa de su concierto de hoy, In our gun (En nuestra pistola), está dedicado al presidente Bush en señal de protesta y a los brotes de racismo que se viven en su país.

El punto petardo de la semana llega con A-Ha, el trío noruego que en los ochenta triunfó con la canción Take on me. Su regreso busca el éxito de todo aquello que triunfó en los años ochenta, a pesar de que vengan a presentar las nuevas canciones de su reciente disco, Life lins.

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