'Aznar está echando un pulso ideológico'
Pregunta. Le han llamado jefe de los piquetes, huelguista...
Respuesta. Es una muestra del talante que tiene el PP a la hora de afrontar una convocatoria de huelga general, el de no respetar el derecho de huelga ni a quienes la convocan, que son lógicamente los sindicatos. Quien realmente ha provocado el paro ha sido el propio señor Aznar y por dos razones: una porque ha aprobado un decreto ley después de la convocatoria de huelga, lo cual no entra dentro de la lógica democrática con un contenido que implica un recorte de las prestaciones de desempleo, y en segundo lugar porque lo ha hecho en un momento inoportuno, durante la presidencia española de la Unión Europea. Eso ha sido entendido por los propios sindicatos como un mensaje del presidente de la UE de cómo se debe enfocar en el conjunto de Europa las políticas de bienestar social.
'Si la huelga general no tiene éxito, estará legitimada la posición del Gobierno'
'El Partido Popular flojea bastante en sus convicciones democráticas'
'Sevilla está muy por encima de 20 cumbres o 20 jornadas de huelga general'
P. ¿Cuáles son las razones de fondo que han llevado a los sindicatos a convocar esta huelga?
R. No responde a una sola razón, aunque la formal es la aprobación del decreto ley sobre la reforma del seguro de desempleo. Cuando se convoca una huelga general es porque los sindicatos detectan que en una buena parte de la sociedad española existe un malestar general. Después de dos años de mayoría absoluta la gente está cansada de tanto autoritarismo, de tanta soberbia. Está cansada del aumento de la inseguridad ciudadana y también, de todos los enfrentamientos que el propio señor Aznar tiene con sectores de la sociedad española. Toda esta situación de malestar, que se acentúa por la aprobación del decreto ley, es la que explica la convocatoria de una huelga general. Aznar le está echando un pulso ideológico a la sociedad española. Antes de irse quiere imponer a los españoles un determinado modelo de sociedad.
P. A su partido se le acusa de mantener una cierta ambigüedad, de evitar decir a las claras que apoya la huelga.
R. La posición del PSOE está clara. Quien tiene el derecho a convocar la huelga, según la Constitución, son los sindicatos. Es su responsabilidad y, por lo tanto, el éxito o el fracaso de la huelga será de los sindicatos. Ahora bien, el PSOE y yo, como secretario general del PSOE de Andalucía, compartimos y apoyamos las razones por las cuales los sindicatos la han convocado.
P. En vísperas del de la huelga del 14 de diciembre de 1988 usted era ministro de Trabajo. Entonces afirmó que no había motivos económicos ni sociales para plantearla. Lo mismo dicen ahora los ministros del PP.
R. La situación es totalmente distinta. Hay un dato: en aquella época el seguro de desempleo y el Inem estaban en una situación de déficit y no se recortó ninguna prestación, mientras que en estos momentos hay 3.000 millones de euros de superávit. ¿Cuál es la diferencia? Yo respeté el derecho de huelga. No se me ocurrió bajo ningún concepto, ni a Felipe González ni al Gobierno socialista, alarmar a la sociedad condenando el ejercicio del derecho de huelga, ni se me ocurrió después aprobar un decreto ley. Ni asustar. Y cuando constatamos que la huelga había sido un éxito, aquél proyecto que había sido deslegitimado por los propios sindicatos y por los propios trabajadores, se guardó en un cajón.
P. Ha sido sindicalista, ministro responsable de la política laboral del Gobierno de Felipe González y desde 1990 presidente de la Junta, ¿desde alguna de esas perspectivas le gustan las huelgas?
R. A nadie le gusta una huelga y estoy convencido de que a los sindicatos, tampoco. Aquí ni siquiera ha habido una negociación, ha habido un acto unilateral de soberbia por parte del Gobierno y del señor Aznar. A nadie en una lógica democrática se le ocurre aprobar un decreto ley sin negociar. Eso es un acto de arrogancia, porque si la huelga tiene éxito, ¿qué es lo que hace el Gobierno? ¿retira o no retira el decreto ley? Si no lo retira va a provocar un bloqueo del diálogo social.
P. ¿Y si no tiene éxito?
R. Pues, lógicamente, estará legitimada la posición del Gobierno.
P. ¿El PSOE está delegando su labor de oposición en los sindicatos?
R. No. Los campos de actuación son totalmente distintos. El partido socialista donde le corresponde hacer su oposición es en las instituciones y también ponerse en contacto con la ciudadanía, y a los sindicatos les corresponde en la negociación colectiva, en los procesos de diálogo social, y cuando éste fracasa, en el ejercicio del derecho a la huelga. El Gobierno se equivoca cuando está todo el día trasladando el mensaje de que quiere garantizar el derecho al trabajo. Un Gobierno democrático tiene que garantizar el derecho al trabajo y tiene que garantizar el derecho a la huelga.
P. ¿Qué cree que hará los militantes socialistas cuando suene el despertador el día 20?
R. La gran mayoría de los socialistas participarán en la huelga, entre otras cosas porque muchos de ellos son afiliados a la UGT y CC OO.
P. ¿Y los andaluces?
R. En Andalucía hay un añadido a la gravedad de la reforma del seguro de desempleo, que es la retirada del Plan de Empleo Rural (PER). Mi impresión es que la mayoría de los andaluces está realmente diríamos, entre comillas, cabreada con el decreto ley de reforma del desempleo.
P. ¿Le sorprendió la asistencia de más de 100.000 personas a la manifestación del 9 de junio?
R. No. Desde el primer momento me di cuenta de que el decreto ley de reforma del seguro de desempleo había herido la sensibilidad de los ciudadanos y que iban a responde como respondieron.
P. Sin la movilización tan intensa del PSOE ¿se hubiera logrado ese éxito?
R. El mayor protagonismo es el de los sindicatos, pero nadie puede olvidar, el Gobierno no puede olvidar, que el partido socialista está en contra del decreto y ejerció el derecho de manifestación, un derecho distinto al de la huelga.
P. Teófila Martínez dijo que se manifestaban contra usted ¿qué pensó cuando lo oyó?
R. Pues... (risas). Estoy convencido de que estará arrepintiéndose continuamente de esa declaración.
P. ¿El decreto de desempleo se entiende mejor en las zonas rurales que en las ciudades?
R. El PER es un instrumento vital para el desarrollo de los pueblos rurales y, por eso, provoca mucho más efecto y más rechazo que los recortes del seguro de desempleo en los trabajadores del servicio y la industria, aunque también son realmente graves los recortes de esas prestaciones. Cuando se acusa a los pueblos y a los ciudadanos de Andalucía de que todavía queremos vivir del subsidio agrario, nadie habla de los miles de millones de pesetas que representan las subvenciones de la Unión Europea a través del Feoga a los empresarios agrícolas de Andalucía, de Extremadura y de toda España. Nadie. Y eso es una transferencia de renta a través de las subvenciones. ¿Por qué no aplican la misma lógica al subsidio agrario como una transferencia de renta a los jornaleros?, ¿por qué esa doble vara de medir para los empresarios agrícolas y para los trabajadores del campo?
P. En los documentos internos del PSOE, incluidos los de la segunda modernización, se apunta a una reforma del subsidio agrario. ¿Cuándo van a presentar ese proyecto?
R. Lo que puede solucionar la situación es la retirada del decreto ley. A partir de ahí se puede iniciar un proceso de diálogo con los sindicatos y también con las comunidades autónomas más afectadas, que son Extremadura y Andalucía.
P. ¿En el PSOE hay un proyecto de reforma?
R. Sí, pero no creo que sea el momento de añadir más confusión, ni mucho menos. Es el momento de retirar el decreto, de evitar la huelga y abrir un proceso de negociación.
P. ¿El Gobierno se ha equivocado al elegir Sevilla como sede de la cumbre europea?
R. Cuando el Gobierno eligió antes Barcelona y Sevilla para el cierre de la presidencia española de la UE lo hace por razones electorales, lo cual me parece lógico e incluso legítimo. Sevilla es una ciudad inmejorable para hacer una cumbre y creo que los sevillanos, a pesar de las molestias que están soportando, se sienten satisfechos. Lo que me parece que no es de recibo, es que el Gobierno intente contraponer la celebración de la cumbre de Sevilla con el ejercicio del derecho de huelga. Ahí flojea el PP en sus convicciones democráticas, flojea bastante, porque, en definitiva, no está afrontando la situación como un partido democráticamente maduro.
P. La fecha de la huelga parece elegida adrede.
R. Bueno, pero los sindicatos la han escogido. ¿Por qué? Yo creo que quieren lanzar un mensaje a los jefes de Estado y de Gobierno sobre las políticas de bienestar que se desarrollan en la UE. Pero el derecho de huelga es un derecho que se ejercita pacíficamente, y es perfectamente compatible con la celebración de la cumbre. Sevilla está muy por encima de una cumbre, de 20 cumbres o de 20 jornadas de huelga, y su imagen no se va a ver dañada en absoluto por mucho que diga la gente del PP.
P. El encierro de medio millar de inmigrantes en la universidad Pablo de Olavide, ¿cómo cree que repercutirá?.
R. Imagino que al Gobierno, al señor Aznar, cuando ha propuesto un acuerdo sobre un plan de inmigración, no le va a resultar agradable que 400 o 500 inmigrantes estén encerrados. Pero, bueno, ése es el resultado del desbarajuste y del fracaso de la política inmigratoria del PP. Hay una responsabilidad del Gobierno en este caso concreto, porque se trata de magrebíes que tenían la posibilidad de trabajar en la fresa y que no pudieron como consecuencia de que los empresarios, con la autorización del Gobierno, contrató a otros trabajadores en países de origen. Dicho esto, la mejor manera de solucionar el problema no es el encierro. Tengo la impresión de que lo que ellos pretenden obtener, los papeles, la regularización, no la van a obtener.
P. ¿Qué espera de la reunión de los jefes de Estado sobre la inmigración?
R. A mí no me gustaría, como presidente de la Junta, que la cumbre de Sevilla quedara vinculada a un plan de inmigración conservador y reaccionario, contrario a los principios y valores democráticos de Europa. El plan de la inmigración se está planteando como una amenaza a los países de origen. Lo que se pretende fundamentalmente es blindar a Europa, crear de Europa una fortaleza frente a terceros países y amenazar a los países de origen. ¿Cómo es posible pedirle a países que viven en la pobreza absoluta, que están superpoblados que controlen la salida de sus ciudadanos hacia los países de la UE? Si oímos a Aznar, a Rajoy o al señor Berlusconi, parece que lo único que quieren son trabajadores que presten su fuerza de trabajo, pero que no se le reconozcan los derechos propios de los ciudadanos.
P. ¿Cuál sería la salida?
R. Pues un gran plan de cooperación al desarrollo con los países de origen que asiente las poblaciones en sus países de origen, que les permita desarrollar su economía. Ése sería fundamentalmente el gran éxito de la cumbre si efectivamente ese plan de cooperación se aprueba.
P. La Junta suspendió la cooperación con Marruecos, a raíz de la retirada del embajador.
R. Más bien lo que está suspendido es la firma del acuerdo transfronterizo, pero se están ejecutando muchos programas de cooperación en la práctica.
P. ¿Cuándo irá a Marruecos?
R. No lo sé en estos momentos. Quizás es mejor esperar a que se normalicen las relaciones.
P. ¿Zapatero se la juega en el debate de la nación?
R. El primer debate sobre el estado de la nación de Zapatero fue un buen debate. Quien lo tiene más complicado es Aznar. El Gobierno esté en una situación mucho más difícil que la que pueda tener el jefe de la oposición.
P. ¿Cree que le falta pegada?
R. Muchas veces se le cuelga el sambenito de que hace una oposición blanda. No estoy de acuerdo, hace una oposición con mano de hierro y guante de seda.
P. Felipe González dice que el Gobierno necesita más desgaste.
R. El desgaste de un Gobierno no se puede provocar de una sola vez y en un periodo de tiempo muy breve.
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