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Reportaje:

Espejos del futuro

Un grupo de ex pacientes crea una ONG para animar a enfermos graves en Málaga

María José Postigo lleva un vestido que realza su figura. Tiene 22 años y una sonrisa mitad tímida, mitad contagiosa. Nadie diría que hace apenas un año estuvo al borde de la muerte por una extraña enfermedad que le provocaba hemorragia pulmonar y fracaso renal. Luchó dos meses y ganó la partida. Por eso ahora se esmera en ayudar a otros enfermos a superar el trance. Es una más de los más de 400 miembros de la Asociación de Ex Pacientes de la Unidad de Medicina Intensiva del hospital Clínico de Málaga (Expaumi), una ONG impulsada por facultativos del centro e integrada por enfermos que un día se debatieron entre la vida y la muerte.

Los esfuerzos de María José se centran ahora en Cristina, una joven de 19 años que padece la misma dolencia que ella superó. María José encuentra palabras de aliento para la enferma y para su madre que, sin dudas, atraviesan unos de los peores momentos de sus vidas. Pero más allá de los ánimos que pueda darle a ambas, su sola presencia es todo un mensaje de esperanza. Porque verla así, jovial, saludable y entregada debe ser para Cristina y su madre un acicate para seguir luchando. Un espejo del futuro al que aferrarse.

Además de María José están Antonio Gil, Marcos Ballesteros, José Evangelista, Francisco Caballero y un largo etcétera. Personas corrientes convertidas en animadores hospitalarios por aquello de que rozar la muerte hace reflexionar sobre la vida. 'Vivimos en una sociedad competitiva y los valores no están ahí, sino en la familia, en la amistad en la solidaridad. Todo lo demás es una envoltura que nos somete y nos hipoteca', suelta emocionado Antonio.

Pero no todo son reflexiones. También hay críticas. Desde Expaumi se cuestiona la falta de recursos para atender casos de alto riesgo social, entre los que se incluyen ancianos sin familias, inválidos o pacientes sin solvencia económica. Por eso la doctora María Victoria de la Torre, una de las impulsoras de la asociación, reclama a las instituciones 'una mayor oferta de recursos', para atender a una demanda que irá en aumento debido al envejecimiento de la población y a que el papel de cuidadora que tenía la mujer está desapareciendo por su incorporación al mundo laboral.

De la Torre no sólo reivindica ante las administraciones, también hace un mea culpa al apuntar que Expaumi contribuye a humanizar la actividad asistencial: 'Los aspectos psicosociales se valoran poco. Los profesionales no le damos suficiente importancia, a veces por falta de tiempo. Sin embargo, está comprobado que un ambiente psicosocial desfavorable incide en la mortalidad'. Los ex pacientes añaden sus quejas, como el tener que esperar después nueve meses para una cita o medio año 'sin un duro' hasta cobrar la invalidez. Critican con ánimo constructivo para que las cosas mejores porque, advierten, 'le puede tocar a cualquiera'.

Premios por abrir camino

Expaumi se creó en noviembre de 1996. Desde entonces ha obtenido dos premios de la Sociedad Andaluza de Calidad Asistencial y uno de la Junta. La labor de los asociados no se limita a llevar una palabra de aliento a enfermos ingresados en una unidad de cuidados intensivos. Psicólogos y otros profesionales echan una mano para que los pacientes que lo necesiten accedan a los 'escasos' recursos sociales una vez que son dados de alta. La actividad es muy amplia. Incluye desde apoyar a la familia de un enfermo que fallece o dar charlas de deshabituación tabáquica, hasta organizar encuentros para una mayor coordinación entre el hospital y los centros de salud o hacer un seguimiento de los enfermos que han salido adelante. Desde hace dos años, además, los voluntarios participan en un proyecto del Fondo de Investigación Sanitaria del Ministerio de Sanidad que consiste en medir la calidad asistencial recibida por el paciente y su familia. Para ello, los asociados recogen sus opiniones sobre cuestiones desde sanitarias hasta sociales. María Victoria de la Torre y Ángel García Alcántara, dos de los facultativos que impulsaron la ONG, añaden un nuevo reto: para el próximo curso, Expaumi ofrecerá a los centros de profesores de Málaga cursos de primeros auxilios 'para que enseñen cómo salvar una vida'. Y es que, como dice la doctora, cuando se formó la asociación no había ninguna experiencia similar en la provincia: 'Vamos abriendo camino porque no teníamos ninguna referencia sobre la utilidad de un apoyo más humano. Y en ese camino, no acabamos nunca porque vamos incorporando nuevos proyectos según las necesidades que vamos descubriendo'. Durante sus más de cinco años de existencia, Expaumi ha dado apoyo a unos 2.500 pacientes y a casi 4.000 familias. Entre sus proyectos futuros figura la puesta en marcha -en colaboración con instituciones públicas y privadas- de un servicio de ayuda para los enfermos inválidos, mayores o extranjeros. El denominador común que une a sus miembros es haber estado ingresados en una unidad de medicina intensiva. Su trabajo es, de alguna manera, una forma de darle gracias a la vida por haber tenido 'una segunda oportunidad'.

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