Cámara Negra estrena un 'Hamlet' en el que ahonda en los 'instintos primarios'
La compañía actúa en el Festival de Teatro Clásico de Sevilla
Los miembros de Cámara Negra apuestan por un teatro desnudo, sin artificios y para llegar a 'los instintos más primarios' han decidido hurgar en los clásicos. La compañía sevillana, que funciona desde 2000, estrenará Apuntes para un Hamlet, el domingo día 16 en el Centro Cívico de San Jerónimo y con entrada gratuita, dentro del I Festival de Teatro Clásico de Sevilla.
El montaje, con dramaturgia y dirección de Carlos Álvarez-Ossorio, es lo que ha quedado del príncipe de Dinamarca después de someterse a los rigores y juegos escénicos de los cuatro jóvenes que integran Cámara Negra. 'Nos gustan los clásicos porque nos interesa el teatro que se basa en sentimientos primarios, las cuestiones básicas son precisamente lo que todos esos autores tienen de universales. Es un material inagotable', asegura Carlos Álvarez-Ossorio, sevillano de 29 años.
Apuntes para un Hamlet, el resultado del trabajo en equipo de una compañía cuyos miembros tienen entre 20 y 31 años, se representa en un escenario-arena (redondo y al mismo nivel que el público) y es una versión muy peculiar del drama de Shakespeare.
'Estamos todo el tiempo en un escenario vacío en el que se desarrollan varias acciones simultáneamente. Es la simplificación total, no hay escenografía, el vestuario no pretende llamar la atención y no existe una banda sonora', comenta Álvarez Ossorio, quien encarna al príncipe Hamlet.
A Cámara Negra, que el pasado año puso en escena Otelo, otro texto de Shakespeare con el mismo planteamiento le interesa 'el conflicto entre el individuo y el grupo social'. 'Es la lucha del grupo por integrar a alguien que no quiere ser socializado. Se trata de una persona puramente racional, como es Hamlet, frente a una sociedad instintiva. A medida que la obra avanza, la sociedad va creando sus reglas', comenta el director, quien creó la compañía en 1995. 'De la formación inicial sólo quedo yo. Los otros tres actores se incorporaron el año pasado con Otelo. Lo primero que hicimos en 1995 fue una película sobre La metamorfosis de Kafka que presentamos en el Festival Internacional de Sitges', comenta Álvarez-Ossorio, que cursó Imagen y Sonido en Ciencias de la Comunicación de Sevilla y, después, Dirección Escénica en el Instituto del Teatro.
Pero, a pesar del punto de partida, el grupo no busca una obra reflexiva, sino un juego escénico que potencia el movimiento y el ruido y que ha creado un lenguaje muy personal. La banda sonora no es musical. Coordinada por Francisco José Cuadrado, incluye ritmos, sonidos emitidos por los actores y golpes sincronizados.
'Comenzamos con el texto completo y a través de improvisaciones fuimos seleccionando lo que más nos interesaba. Hemos reducido los personajes y el texto son trozos del Hamlet de Shakespeare pegados escénicamente', comenta el director. Los personajes que se han salvado de la criba, además del propio príncipe de Dinamarca, son Claudio, que interpreta Paco Fernández, de 31 años; Gertru, que encarnará Verónica Rodríguez, de 20 años, y Polonio y el espíritu del padre, roles de los que se encarga Miguel Ángel Karames, de 30 años.
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