Las dudas sobre el futuro y la deuda lastran a las empresas
Se pensaba que el 11 de septiembre habían tocado fondo. Entonces los valores tecnológicos sufrieron un desplome sin precedentes sólo comparable a las espectaculares subidas que protagonizaron en el bienio mágico 1999-2000, en lo que se ha venido a llamar la burbuja tecnológica. La rápida recuperación de las acciones de telecomunicaciones en el último trimestre del año pasado y en el primero de éste pareció avalar las tesis de los que preveían que lo peor ya había pasado.
Pero se han vuelto a equivocar. La crisis no sólo no se ha atenuado, sino que se agudizado en los últimos meses. Los negocios adscritos a nuevos desarrollos tecnológicos (telefonía móvil UMTS, televisión digital, cable e Internet) siguen sin despegar; una deuda astronómica ahoga la cuenta de resultados de las principales operadoras, que han visto como sus multimillonarias compras del pasado han perdido la mayor parte de su valor; las compañías baten todos los récords de pérdidas de las empresas cotizadas y las acciones sufren el castigo diario de los mercados.
Esa desconfianza de los inversores ha provocado que la cotización de las acciones de estas compañías haya caído muy por debajo de la que se marcó el 11 de septiembre: Deutsche Telekom cotiza un 31% por debajo; France Télécom, un 36%; Telecom Italia, un 11,7%; AOL Time Warner, un 50% y Telefónica, un 6,9%.
Presidentes en entredicho
La crisis ha golpeado con tanta fuerza a estas compañías que sus máximos responsables, que apenas hace dos años eran tomados por gurús infalibles, hoy están en entredicho y se cuestiona su continuidad. A Jean Marie-Messier, presidente de Vivendi, le han impuesto un comité de vigilancia; a Ron Sommer, de Deutsche Telekom, le abuchean los accionistas y el Gobierno alemán está dispuesto a relevarle; Bernie Ebbers, ha tenido que irse de MCI WorldCom.
Y si mal le va a los antiguos monopolios, aún peor funcionan los operadores alternativos nacidos al calor de la liberalización, muchos de los cuales están al borde de la desaparición. La lista de bajas comienza a ser considerable: NTL, Global Crossing, UPC, Kirch, Telewest, KPNQwest, Marconi, WorldCom, ITV, Versatel, Flag Telecom.
En España, Telefónica sufre la crisis argentina y la amenaza del contagio a Brasil, y sus acciones se encuentran en niveles de agosto de 1998, y un tercio del máximo que marcaron en marzo de 2001. En cuanto a sus competidores, todos juntos apenas han logrado arrancarles el 10%. Y también comienzan a producirse bajas: Avanzit ha suspendido pagos; Jazztel negocia in extremis un acuerdo sobre su deuda; Quiero TV ya anunció su cierre y Xfera aún no despegado.
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