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Crónica:CIENCIA FICCIÓN
Crónica
Texto informativo con interpretación

'Star Wars': C-3PO y R2-D2, algo más que siglas (y II)

SON EL GORDO Y EL FLACO del imaginativo universo creado por la factoría Lucas. Uno tiene forma humanoide y está siempre en guardia, persuadido de que la próxima desgracia va a tocarle a él. El otro tiene forma de tonel. Es resuelto y decidido y anda irritado por la pusilanimidad de su compañero. Se trata de los androides C-3PO y R2-D2, los únicos personajes que se han mantenido inalterados en los cinco episodios de Star Wars. No son los únicos seres mecánicos, aunque sí los más entrañables, que deambulan entregados a múltiples actividades.

C-3PO es un androide de protocolo. En una galaxia con idiomas y culturas variopintos se hace necesaria su presencia para ayudar en temas de protocolo, traducción y buenas maneras con el fin de garantizar que las relaciones entre especies se desarrollen en paz y armonía. ¿Habría que desarrollar estos androides para solventar los conflictos de nuestro planeta, habida cuenta de la poca habilidad de los políticos terrestres? C-3PO domina más de 6 millones de lenguas o formas de comunicación (el inglés galáctico, lingua franca de muchas series, parece no ser la lengua hegemónica de esta galaxia). Es un personaje desbordado por las aventuras que le toca vivir por su fidelidad hacia sus amos (Luke Skywalker es el número 43).

R2-D2 es un androide 'astromecánico' o de servicio. Capaz de realizar múltiples tareas, dispone de un proyector holográfico y de brazos desplegables que se equipan con diferentes dispositivos. Es un componente vital de los cazas X Win. Pese a estar programado para realizar tareas mecánicas, es obstinado y extraordinariamente inteligente.

Resulta difícil conjeturar si los robots del futuro serán similares a éstos. Lo que sí es cierto es que los robots actuales son, en su mayor parte, fijos y no son antropomórficos: su forma viene determinada por la tarea específica para la que han sido diseñados (brazos mecánicos de una cadena de montaje, por ejemplo). Uno esperaría que aquellos robots diseñados para moverse sobre superficies accidentadas o entornos difíciles se construyesen según un modelo humano, al estilo de C-3PO. Sin embargo, ninguno de los robots operativos (desactivación de bombas, extinción de incendios, etcétera.) es bípedo. Y es que caminar sobre dos piernas o patas es muy complejo. Se requiere una perfecta coordinación. Equilibrar y movilizar una estructura, como el cuerpo humano, cuyo peso (más del 60%) se halla por encima de las caderas es algo técnicamente difícil. Desde el punto de vista de la estabilidad, es mejor cuatro patas. Aunque, aún mejor es disponer de cinco patas para asegurar un caminar estable: una estructura móvil de cinco patas puede levantar una, para desplazarse, mientras las otras cuatro permanecen en el suelo asegurando la estabilidad (y evitando oscilaciones del centro de gravedad de la estructura). Basta entonces con coordinar los movimientos para obtener una imitación artificial de la marcha. El inconveniente es que una estructura así no será demasiado rápida. Los ingenieros en robótica se han dado cuenta de que un modelo de seis patas, inspirado en los insectos, proporciona un prototipo más idóneo (apoyo en trípode). Siguiendo este esquema, se han construido ya pequeños robots insectiformes. Pero la sensación de tener un arácnido ejerciendo tareas domésticas de mayordomo no resulta demasiado atractiva. Conscientes, tal vez, de ello, la empresa japonesa Honda ha diseñado ya modelos de robots para usos domésticos de forma bípeda, aunque de caminar lento (poco más de 1,5 km/h).

Los creadores de C-3PO han resuelto estos inconvenientes al dotarlo de un 'servomotor pélvico', algo así como un procesador de movimiento y de equilibrio (según reza en Stars Wars, Diccionario visual, 1999) que le permite imitar con precisión los movimientos humanos. Algo deseable para desenvolverse con soltura en ambientes humanos y cumplir su cometido en las tareas de protocolo. Aunque, como bien se muestra en la saga, su movilidad por terrenos accidentados está muy limitada. Mucho peor lo tiene R2-D2. Sus tres 'patas retráctiles todoterreno' dotadas de pequeñas ruedas, de nada le servirían más allá de los pasillos impolutos de naves o edificios. Cualquiera que haya intentado ir en bicicleta sobre la arena tendrá una idea de lo difícil que lo tiene en planetas como Tatooine.

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